Aún existen esperanzas para el irapuatense condenado a morir en Estados Unidos.
Rubén Ramírez Cárdenas se encuentra desde 1997 en la unidad Polunsky conocida como “Corredor de la muerte” en Livingston Texas, es acusado por asesinato y espera su ejecución programada para el 8 de noviembre.
Sus abogados entre ellos Maurie Levin han trabajado para agotar todas las posibilidades y evitar que Ramírez Cárdenas sea ejecutado.
“La primera es que acepten la prueba de ADN que no se realizó en 1997 cuando se cometió el crimen y la otra es la final la audiencia final la audiencia de clemencia que se estaría solicitando una vez que se vea si se pierde o no que acepte o no la prueba del ADN”, explicó Maricela Luna, periodista que ha seguido de cerca el caso de Rubén.
Maricela ha estado pendiente del caso el 2003 cuando contactó a Rubén y ha dado seguimiento puntual a la situación del irapuatense quien confía en que se conceda la oportunidad de vivir.
“Ha sido doloroso porque su familia tiene que recorrer ocho horas para verlo en esta recta final ya pueden ir a verlo prácticamente diario ya están en el proceso de la despedida, él tiene esperanzas, tiene muchas esperanzas porque a mi siempre me lo ha dicho, lo ha dicho personalmente lo ha dicho por cartas es que él no cometió el crimen, fue parte de una circunstancia en la que estuvo inmiscuido pero finalmente él considera lo que hoy consideran los abogados que la sentencia se dictó conforme a una sola declaración, conforme a una declaración que le hicieron firmar bajo presiones y amenazas en contra de él y su familia, por eso él ha dicho en todo momento que es inocente”.
Hasta el día de la ejecución el 8 de noviembre, se podrá conocer sí se concede aplicar la prueba de ADN o sí las autoridades acceden y otorgan clemencia a Rubén.