Organizaciones sindicales de Canadá, México y Estados Unidos pidieron establecer en los tres países normas laborales claras y vinculantes, mediante legislaciones efectivas que aumenten el poder adquisitivo de los salarios y permitan el acceso al empleo con condiciones dignas.
En una declaratoria suscrita durante en una reunión de trabajo que se llevó a cabo en la sede del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana en el contexto de la séptima ronda de renegociación del TLCAN, también pidieron que se promueva la libertad y democracia sindical, así como la negociación colectiva auténtica.
Un tema que les preocupa sobremanera es el respeto a los derechos de los trabajadores, independientemente de su origen o condición migratoria, lo cual se ha visto en peligro debido a políticas racistas y discriminatorias del gobierno de Estados Unidos.
Manifestaron que cualquier acuerdo comercial se debe basar en el pleno respeto a los derechos humanos, económicos, sociales, culturales, medio ambiente, soberanía nacional de cada país y un verdadero desarrollo económico, fortaleciendo las cadenas productivas locales, nacionales y regionales.
También consideraron necesario un nuevo modelo de intercambio, cooperación e integración de los pueblos de América del Norte, en el que se garantice la participación de la sociedad, con acuerdos que se tomen de manera transparente y de cara a la sociedad.
Por lo tanto, subrayaron, se deben establecer normas laborales claras y vinculantes que tiendan a mejorar las condiciones de la clase trabajadora en los tres países, mediante legislaciones efectivas.
Además impulsar una política industrial que proteja de manera efectiva una producción compartida entre los tres países, aumentando los requisitos cuantitativos para las reglas de origen, fortaleciendo el monitoreo para garantizar el origen nacional norteamericano de componentes en industrias claves.
Asimismo, dieron a conocer que «como organizaciones de trabajadores nos encontramos trabajando de manera conjunta y coordinada para impulsar este nuevo modelo de cooperación y desarrollo para América del Norte, respetando la autonomía y especificidad de cada organización, pero construyendo una agenda de temas transversales comunes para todas y todos”.