Por: Iván Juárez Popoca.
LA PEOR PARTE DE LA HUMANIDAD es la que roba y esclaviza niños y jóvenes o, inclusive, los asesina y utiliza sus órganos como mercancía. ¿Acaso nos podemos imaginar algo más atroz que una vida inocente mancillada por la ambición de psicópatas? Por ello no es de extrañar que hayan proliferado en las redes sociales las “cadenas” que incitan a la vigilancia, a la solidaridad, a que consideremos que “todos son nuestros hijos.” Me parece correcto, porque crea conciencia en la población y también sacude la atención de los padres, quienes a veces se descuidan o confían en personas que ocultan intensiones perversas.
Como ciudadanos, seamos o no padres, tenemos que estar alertas y actuar con valentía ante cualquier irregularidad que observemos; podemos ser personas tranquilas, pero es deseable que cuando a algún “robachicos” se le sorprenda in fraganti, se vea impedido a realizar su crimen: que “se le aparezca el diablo”.
La necesidad de la participación ciudadana aparece cuando la autoridad se ve rebasada, cuando vemos que no existe un verdadero Estado de Derecho y que la corrupción y la impunidad dominan el panorama.
Sin embargo, no hay que descartar el peligro que implica ese vacío de autoridad y la desesperación que pueden derivar en una especie de psicosis colectiva. Allí están los hechos de Puebla hace unos días, donde una turba de ignorantes fuera de control quemaron a dos campesinos inocentes. Hemos de tener mucho cuidado antes de acusar a alguien, hemos de tener los hechos a la vista, pruebas…o regresaremos a acciones propias de los tiempos de la “Santa Inquisición” donde cualquiera acusaba a otro para satisfacer sus intereses o, como el caso citado, por pura estupidez e ignorancia.
Definitivamente, eso de “hacerse justicia por propia mano” no es recomendable, implica volver a la barbarie y a un estado donde el más fuerte será el que dominará. Y seguramente que la gente buena no es la que, generalmente, está mejor pertrechada para el combate.
Hagamos unidad para la vigilancia y cooperemos en contra de esas lacras de la sociedad, pero no pretendamos hacer a un lado la ley. Esto acabaría siendo causa de lo queremos evitar: el sufrimiento de niños, padres, familias…
Me presento y digo . Y dando respuesta a esta columna y la de Aconteceres del Sol de Salamanca. El PAN como parte rectora adjunta de este baño de sangre en Salamanca debe reflexionar y evitar más broncas.