Por: Observadora exterior.
Buenos días lectores, a dos semanas de haber entrado en funciones poco se sabe de la actividad del presidente municipal y parece que quien lleva las riendas del municipio malamente es el secretario del Ayuntamiento y no Toño Arredondo a quien en redes sociales le ha “llovido” por lo que parece ser una falta de compromiso a sus obligaciones como alcalde y promesas de campaña. Y por otro lado el caso de la supuesta detonación de un arma dentro de la prepa Salamanca debería ser una alerta ante la posibilidad de portación de armas en jóvenes estudiantes. Aquí la opinión de la semana.
Quién y cómo gobierna.
Sabemos que el pasado 10 de octubre Antonio Arredondo rindió protesta como presidente municipal de Salamanca, sin embargo, a dos semanas de este suceso, poco, muy poco, se sabe de las actividades del alcalde y quien sale, intentado dar la cara en todo, es el secretario del Ayuntamiento. En quince días Toño Arredondo ha tenido únicamente un evento público y otras tres o cuatro reuniones privadas. Suponemos que el alcalde ha de estar bastante ocupado ¿en qué? Quien sabe, pero en la pasada reunión con representantes de colonias y comunidades, a las que sólo asistieron unos 40-seguramente a modo- de más de 500 que deberían haber estado presentes, el alcalde solo les envío en mensaje grabado ¿A caso las videoconferencias y videos serán la tendencia de esta administración? Esperemos que no, pues el compromiso asumido fue el de un gobierno de puertas abiertas y que las actividades-sean cual sean-que mantienen tan ocupadito al presidente municipal sea para el beneficio de los salmantinos y no los ajustes presupuestales destinados a pagos de favores y compromisos políticos.
Alerta.
La supuesta detonación de un arma de fuego dentro de las instalaciones de la prepa Salamanca, suceso que no ha sido ni será oficialmente confirmado, pero en el que, sin embargo, un joven estudiante resulto herido de bala, es un hecho que debería dejarse pasar así, como si nada. Es motivo de alerta para que tanto padres de familia, autoridades educativas y de seguridad, estén al pendiente del comportamiento de sus jóvenes estudiantes para evitar posibles desgracias como las que en repetidas ocasiones se han suscitado en escuelas de diferentes ciudades de Estados Unidos, pues es una realidad que en nuestro país ya cualquiera puede portar armas.
Compromisos sin fecha.
Si aparentemente Toño Arredondo no está atendiendo los deberes propios de un alcalde y faltando hasta a sus citas agendadas, pues poco se puede esperar que cumpla sus compromisos de campaña entre los que destacan la presencia de elementos de seguridad pública permanentemente en Valtierilla y para lo cual no han fecha, ni modo. Otra promesa muy cacaraqueada fue la de realizar un bacheo intensivo entrando en funciones y que, por el contrario, con esta gotitas que cayeron el fin de semana humedeciendo el asfalto fueron suficientes para que lo baches en algunas zonas se pronunciaran un poco más. Y ni cómo exigirle, si nadie lo encuentra en presidencia, bueno a excepción de algunas asociaciones de empresarios para quienes sí tuvo tiempo.
Estado de fuerza inoperante.
Más que alentador, resulta preocupante esta percepción del gobierno municipal cuando con la detención de cinco detenido por faltas administrativas se dan por bien cumplidos, haciendo evidente que el objetivo del operativo interinstitucional de seguridad no es atacar y prevenir los problemas de inseguridad que verdaderamente amenazan a la ciudadanía como los asaltos y robos a mano armada, robos de autos y a casa habitación por citar algunos. Estos operativos a los que el secretario del Ayuntamiento calificó como “estado de fuerza” son más aparatosos que eficaces, pues con todo y el apoyo de autoridades del gobierno estatal y federal, los delitos de alto impacto siguen siendo el pan de cada día en Salamanca.
Elementos infractores.
En su intento por vender la idea de un municipio con presencia policiaca, aunque bastante deficiente, los operativos de seguridad han venido a vulnerar aún más la tranquilidad de los habitantes de algunas colonias y comunidades del municipio, al grado que ya se presentó la primera denuncia pública por presunto abuso de autoridad de elementos policiacos de los tres órdenes de gobierno, no sólo por la manera intimidante con la que hacen acto de presencia e inspeccionan a sospechosos, sino porque los mismos elementos se convierten en infractores en las detenciones hurtando las propiedades de quienes detienen. Este tipo de abusos no es propio de los operativos y arrestos en los que se apropian hasta de bebidas alcohólicas; se sabe que algunos elementos tienen la mala maña de aprovecharse de las desgracias ajenas, apoderándose ilegalmente de las pertenencias que traigan en sus autos quienes tienen la mala fortuna de sufrir un accidente de gravedad. Esta es una realidad imposible de ocultar.
Adocenamiento.
Los programa para “reconstruir” el tejido social en la comunidad de Valtierrilla a través de la intervención con los jóvenes no han tenido los resultado esperados por la comunidad, en primer lugar porque los beneficiarios del programa no son los jóvenes que están en las pandillas delinquiendo y en segundo lugar porque la inseguridad sigue agudizando; sin embargo, mientras que la falta de estrategias, de investigación, y hasta de sentido común, llevarán a la actual administración a invertir recursos en la implementación de los mismos programas a pesar del adocenamiento de los resultados, en otras comunidades donde el problema de la delincuencia juvenil no está tan arraigado como en Valtierrilla, las autoridades parecen ignoran el clamor ciudadano en donde quizá, ahí sí, estos programas preventivos podrían surtir mejor efecto. Aunque la realidad es que más que programas sociales se quieren políticas públicas y acciones eficaces que permitan a los municipios tener elementos suficientes, capacitados y profesionales para hacer frente a las crisis de inseguridad que se viven tanto en zona rural como urbana del municipio.
Las delicias del poder.
La denuncia sobre actos de corrupción en la delegación estatal de ISSSTE es muestra del panorama que se vive en todas las dependencia de gobierno de los tres niveles. Ya lo mencionaba anteriormente, es típico que los políticos falsifiquen actas, usen prestanombres, alteren escrituras públicas para que de una o de otra forma saquen provecho de los recursos públicos. En las subastas del IMSS y de Hacienda, por ejemplo, que al hacerlas “públicas” sólo tratan de aparentar un proceso legal y transparente, la realidad es que son los mismos funcionarios casi siempre con el “apoyo” de prestanombres quienes se llevan todo cuanto pueden. Y no hay que irnos tan lejos, pues en el mismo gobierno municipal, los vehículos oficinales son usados para cuestiones personales, los empleados, incluso los del DIF han sido usado para trabajos de obra en las casas de exdirectoras o de otros funcionarios, los policías son más mandaderos que elementos de seguridad y no se diga los escoltas del alcalde o ex alcaldes y de sus respectivas esposas, hacen ajustes y reajustes al presupuesto para embolsarse todo cuanto se pueda y se inventan plazas para que sus allegados puedan estar viviendo del erario público.
Contrapeso político.
Saber lidiar con un periodismo crítico no es tarea fácil, ¿Por qué? Porque simple y sencillamente a la sociedad mexicana se la ha “educado” en gran medida a través de la televisión en dónde incluso los espacios noticiosos son manipulados para informar sólo lo que políticos y líderes empresariales creen conveniente, ni más ni menos. Los medios de comunicaciones locales o regionales son un blanco aún más fácil de controlar a través de contratos publicitarios condicionados, sobornos o amenazas, provocando situaciones adversas no sólo para los periodistas, sino para una sociedad que se enfrenta a situaciones autoritarias y a los excesos de los gobernantes que se dicen representarla. Sin embargo, para quienes logramos entender que el periodismo crítico es un contrapeso del gobierno este ejercicio sustentado, pero sin juicio, es alternativa para romper esa “programación” con la que por años se ha manipulado a la sociedad mexicana y a la que algunos aún están acostumbrados, limitando su capacidad de análisis e inteligencia emocional, y para ser la coyuntura de una sociedad plural, abierta y democrática.
