- Fue el primer ceriescultor salmantino en exponer sus obras en el Vaticano
- Por sus Nacimientos con figuras de cera, el municipio de Irapuato lo reconoció titulando una calle con su nombre.
La mañana de este domingo el reconocido artesano salmantino Bartolomé Hurtado Ojeda fue despedido por familiares, amigos y alumnos, luego de su fallecimiento este sábado 10 de diciembre a la edad de 80 años en esta ciudad, ofreciéndose una misa de cuerpo presente en la Parroquia de San Antonio Abad de la colonia Guanajuato.
Don Bartolo como era conocido por sus familiares y alumnos además de un extraordinario legado de arte en cera, fue uno de los promotores de la Escuela de Ceriescultura donde por más de cuatro décadas enriqueció este arte, con la formación de artesanos en cera que han dado renombre a Salamanca, con la elaboración de figuras de cera y el montaje de Nacimientos Monumentales, dignos de reconocimiento y admiración no solo en Guanajuato, sino en México y en el mundo.
Su obra no se concreta a la creación de figuras de cera que por su belleza son dignas de orgullo y admiración, toda vez que su mayor legado fue precisamente la formación de artesanos en cera de diferentes municipios y estados del país, que al conocer su deceso arribaron para acompañarlo a su última morada.
En su último adiós, su sobrino el también artesano y escritor Roberto Hurtado agradeció a las personas que los acompañaron en estos momentos de dolor, destacó la misión del “Tío Barto” como lo conocían sus sobrinos, destacó “el don que Dios que te dio para modelar tu retrato. Esa fue tu misión, propagar su religión de las bíblicas figuras de la cera y el patol”.
“Dejaste una gran escuela en Michoacán, Jalisco, Nayarit, Guanajuato y Zacatecas, donde fuiste homenajeado y tus bellas figuras de cera traspasaron las fronteras”.
En su mensaje al pie de su tumba, su sobrino Roberto Hurtado lamentó la incongruencia que un municipio vecino como es Irapuato, “tu nombre lleva una calle y no aquí en Salamanca que es tu tierra natal”.
También recordó el homenaje que en vida aún tuvo la oportunidad de enriquecer, con la filmación de un cortometraje titulado “Manos de Cera”, cuya imagen de artesano fue usado en un cartel de concurso de cine nacional, y “tu voz, queja y tu arte quedó plasmado en el cine”, cinta donde quedó grabado como testimonio su diaria labor de labrador de la cera.
Es así como su trayectoria que quedará plasmada en la historia y que fue recordada, comenzó cuando apenas tenía 8 años de edad, acudía a limpiar al taller de los hermanos Clemente y Bernarda “Bernacha” Quintanilla considerados como los iniciadores de las figuras de cera de la pasta tradicional, a las figuras de cera que hoy se conocen.
Con ellos aprendió el oficio, haciendo escuela como maestro artesano ceriescultor, compartió sus enseñanzas con un sinfín de alumnos de varios estados tanto en Salamanca, como en Morelia, Michoacán, principalmente, donde recibió diferentes homenajes entre ellas fue incluido en un libro titulado “Historia de la Cerería en Michoacán”, también fue homenajeado en Zacatecas, Guadalajara, Jalisco y Nayarit.
Recibió un sinfín de galardones, como el Premio de Artesanías a nivel Estatal, otro más a nivel Nacional, además de ser invitado como expositor de sus obras en Bélgica, Estados Unidos e incluso en la galería del Vaticano, entre otros países.
