En el 2005, en un folletín editado por este Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía (FRCDS) que llevaba por título “Petróleo y Soberanía” declarábamos que “ somos ciudadanos organizados independientemente de los partidos políticos, pero comprometidos con las mejores causas del pueblo mexicano, y que actuamos en el Bajío Guanajuatense desde diferentes organizaciones de la sociedad civil, en defensa de nuestros derechos consagrados en la constitución política que nos rige, y desde los distintos ámbitos de quehacer social y humano, sean estos económicos, políticos, sociales, laborales, educacionales, ambientales, culturales y comunitarios o de cualquier otra índole de interés ciudadano”.
Así, en las conclusiones del folleto referenciado mencionábamos “dos hechos históricos marcarían a la postre, diferencias entre México y el resto de América Latina: La Revolución Mexicana de 1910 y la expropiación petrolera de 1938. El primero con un movimiento armado que dejo consagradas diversas reivindicaciones populares en una de las constituciones sociales más avanzadas de principios del siglo XX, la de 1917 y como otro fruto, Una reforma agraria que sentaría nuevas bases para apoyar el futuro desarrollo económico de nuestro país”.
La expropiación petrolera serviría de ejemplo para las luchas por rescatar los recursos naturales de manos de empresas extranjeras que los explotaban en su beneficio particular sin ningún compromiso con las necesidades del pueblo de nuestra nación. Con ambas acciones México se colocaba a la vanguardia de las luchas sociales de los pueblos del mundo y con ello fue un referente para las luchas en otros países.
Pero el imperio no podía permitir que los recursos estratégicos de los pueblos, como la energía, interfirieran con sus pretensiones de dominio global y orientó de inmediato sus baterías a la reconquista de esos recursos, sin importar los medios para lograrlo, llegando incluso a la guerra impuesta a los pueblos para recuperarlos, como fue el caso de Irak, Libia y Afganistán, entre otros.
En el caso de México la estrategia fue más sutil pero no menos efectiva, se valieron de planes hemisféricos de apoderamiento desde dentro de los propios gobiernos en complicidad con las oligarquías nativas, las que hicieron el trabajo sucio que les ordenaban sus jefes imperiales, permitiéndoles su empoderamiento y enriquecimiento ilícito, tensando sutiles hilos de control mediante un sistema de corrupción generalizado y manteniendo a nuestros pueblos en la miseria, la inseguridad, la ignorancia y el control ideológico.
Este dominio sobre nuestro territorio en la actualidad es casi absoluto, al grado que somos el principal proveedor del mercado de drogas más grande del mundo y el nivel de servilismo de nuestros gobernantes no tiene límites, así ellos mismos han diseñado a espaldas del pueblo, la estrategia para la entrega de todos los recursos de nuestro país, mediante una serie de “Reformas Estructurales”, que lo han colocado ahora, ya entrado el siglo XXI, en la retaguardia de los países que disfrutan de cierta soberanía.
No en balde afirma el periodista de La Jornada John Ackerman en su editorial del 14 de marzo pasado:” Este viernes 18 de Marzo, recordaremos el 78 aniversario de la expropiación petrolera del presidente Lázaro Cárdenas del Río, en un contexto de traición absoluta a los principios de la soberanía nacional, democracia popular y bienestar social enarbolados por este gran general revolucionario”, el pueblo tiene otra vez la palabra.
