SÓTANOS DE LA INQUISICIÓN. EN LA HACIENDA DEL COCHERO. CAUSAN TERROR. SE ASEGURA ANDAN ANIMAS EN PENA EN GUANAJUATO.
Guanajuato Gto. El paso del tiempo parece no avanzar en algunos lugares o sitios donde ocurrieron hechos funestos, que marcaron para siempre la vida y obra de las personas que los cometieron y que, condenaron a las victimas a penar en este mundo, implorando la paz de sus almas, como sucede en la ex hacienda del Cochero de esta ciudad y que, data de la época colonial.
Durante la historia negra de la iglesia católica el Santo Oficio jugo un papel vergonzante para mantener el poder de la misma y la monarquía, a través de prácticas crueles de tortura y muerte, en contra de quienes se rebelaran a sus dogmas.
Fue a partir del siglo XV cuando se desato la cacería de brujas y herejes, o sea de 1480 a 1630 en los países de Francia, Escocia, y los Países Bajos, Suiza y Alemania.
Esta práctica fue moderada en la Italia del renacimiento, y casi inexistente en el estado Pontificio y la Nueva España no escapo a este bárbaro procedimiento, que tenía como fin el asentar a través de las hogueras, el control sobre amplias capas de la población que intentaran rebelarse, a las instituciones Iglesia Estado.
Muchas de esas prácticas eran realizadas de manera clandestina, en lugares ocultos que inclusive pasaron desapercibidos en aquellas épocas, y que solo a través del tiempo están resurgiendo, de manera casual.
Como marca la historia, del descubrimiento de un lugar de tortura clandestino, en lo que es actualmente la ex hacienda del Cochero en esta ciudad capital, por el señor Manuel Valenzuela quien al explorar algunos muros que sonaban huecos, pensó en encontrar un tesoro y empezó a derribarlos, detalle que dejo al descubierto una serie de túneles taponados con lodo y arcilla, que conducían a unas galeras donde se encontraban varios aparatos de tortura, que eran utilizados por los inquisidores, así como varias mazmorras en donde se afirma, eran mantenidos en cautiverios los presos .
Al concluir las labores de desazolve quedaron al descubierto, los macabras herramientas de tortura, con jaulas de reducido espacio colgando de los techos, esto con la finalidad de que otros detenidos observaran el procedimiento bestial de los interrogatorios, y así se declararan más rápidamente culpables, de los señalamientos.
Celdas y mazmorras quedaron al descubierto así como algunas osamentas que no alcanzaron a desintegrarse por el paso del tiempo, lo que deja entrever que las personas que aquí entraban nunca más salían con vida, pues inclusive eran emparedadas vivas.
“El Potro de Hierro” la Rueca, la Silla con Clavos, La Mascara de Hierro, el Sarcófago, entre otros utensilios para causar el máximo dolor, eran herramientas adecuadas para lograr el sometimiento de los peones que trabajaban en las minas y que, en un arranque de necesidad intentaban hurtar un poco de mineral.
Fue el Inquisidor Fernando de Miera quien protegido por el entonces dueño de esta hacienda, el Marques de Rayas, llevo a la practica sus métodos crueles de tortura en primer termino contra los contrarios a la fe, y a los acusados de delinquir, que prácticamente eran desaparecidos sin notificar a la autoridad ni a sus familiares, eran cárceles clandestinas, propiedad de las haciendas.
Se dice que eran tantas las muertes que se ocasionaban en este lugar de reclusión, en base a crueles tormentos, que para evitar epidemias y malos olores por la putrefacción de los cadáveres, estos eran hervidos en agua con cal y azufre para descarnarlos, de esta manera solo se amontonaban los huesos en algún rincón de los sótanos, y se eliminaban evidencias.
Han pasado muchos años y aun en este lugar se percibe algo maléfico, ya que por las noches vecinos y vigilantes confesaron que se escuchan gemidos y lamentos, ruidos de arrastrar de cadenas, y olores nauseabundos por lo que nadie cruza frente a este lugar por la noche, y los recorridos en su interior, simplemente no los llevan a cabo, pues en uno de los pasillos se encuentra el tenebroso Fraile Teresa de Miera, y su mirada sigue siendo diabólica.
La exhacienda del Cochero es actualmente un museo del terror, que nos revela lo que la iglesia católica practico impunemente en complicidad, con la autoridad civil en la época de la Colonia y que, asesino a muchos indígenas en sus galeras ante el menor motivo de sublevación inclusive sin fundamento alguno, ojala y este pasaje negro de la historia, no se vuelva a repetir.
Nuestro Grupo de Investigación Paranormal estuvo en este sitio, que de entrada deja entrever algo aterrador que sucedió intramuros en esa época, y que nunca fue descubierto lo que ahí se ocultaba, hasta que accidentalmente se logro saber la finalidad de los instrumentos de tortura y muerte, que fue aplicado a todo aquel que se rebelara contra las disposiciones de los amos, y que se asegura aun rondan por este terrorífico sitio en busca de su descanso, o por qué no, clamando venganza contra sus asesinos.
Y como siempre seguimos invitando a nuestros lectores a que si tienen una experiencia sobrenatural nos la compartas, o en su defecto nos permitan realizar la investigación en el lugar de los hechos, también brindamos conferencias sobre este tema, a escuelas y clubes de servicio comuníquese con nosotros al correo electrónico: [email protected]