Mientras los estudios interminables de la Universidad de Guanajuato continúan para conocer la causa de muerte de peces, estos aparecen sin vida en el río Lerma en Salamanca.
Cada año en el mes de noviembre, el penoso espectáculo de peces flotando en el río Lerma es una clara muestra de la contaminación en el cauce que atraviesa cinco entidades del país.
Este año no es la excepción y desde el 2015 y otros años que se ha documentado este problema, poca información se ha dado a conocer respecto a este tema, se desconoce la causa por la que mueren las especies.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha mostrado una postura reservada a diferencia de los ambientalistas, quienes aseguran que este problema es a consecuencia de los residuos de hidrocarburos y otras sustancias vertidas al río.
“Las autoridades hacen caso omiso a lo que estamos sufriendo viviendo y lo único que se concretan a decir es que se están haciendo los estudios y no tenemos algún estudio o cosa oficial cuando nos diga, hay esta situación, pasó por esto y por esto, pero no hay nada”, dijo Miguel Granados, representante del bloque ecologista en Salamanca.
El ambientalista aseguró que el nivel de oxigenación baja por los residuos tóxicos y no por la combinación de agua de la presa Solís con la que hay estancada en el cauce, como ha asegurado en otras ocasiones la dirección local de la Conagua.
“Los volúmenes de agua no tienen nada que ver con las concentraciones de ninguna sustancia sí estamos vertiendo sustancias tóxicas a la corriente del río lógicamente que esto nos va a dar como consecuencia la mortandad de muchas especies”.
La responsabilidad de la autoridad es reconocer qué sustancias se han vertido al río, quienes son los responsables, sancionarlos y evitar que continúen con estas prácticas, concluyó el representante del bloque ecologista.