“SALAMANCA, UNA CIUDAD CADA DÍA MÁS INSEGURA,
PLENA DE RETENES PERO PRIMORDIALMENTE PARA INFRACCIONAR”
La reciente ejecución a balazos de un hombre que conducía una vagoneta en compañía de su familia el pasado fin de semana sigue siendo un hecho que no se puede dejar a un lado.
El creciente índice de ejecuciones en esta ciudad al estilo de la mafia no parece tener fin, al contrario, desafortunadamente va en aumento y las autoridades parecen ya no tener el control.
Es alarmante que ahora en Salamanca ya se estén dando ejecuciones en las cuales ya no importa que sea a plena luz del día, ni tampoco que la persona en contra de quien va dirigido el ataque vaya en compañía de su familia, esto es una joven madre que por cierto resultó lesionada por un rozón de bala y sus dos menores hijos, situaciones que no parecen ya ser el más mínimo obstáculo para que se cometa un homicidio.
Los salmantinos no tienen por qué acostumbrarse a vivir una vida así, insegura y temerosa, es responsabilidad de las autoridades el otorgar un status mínimo aceptable de seguridad para los ciudadanos en Salamanca; pensar en forma contraria no puede ser justificable, la escalada de violencia parece no dar tregua alguna y no han encontrado las autoridades municipales la forma de contener este tipo de delitos.
El pretender arrojar culpas nunca puede ser una justificación, si quienes están encargados de darle protección a los salmantinos no pueden hacerlo, es claro que deben de dejar el puesto para que gente más profesional lo ocupe, ya que es la población la que está sufriendo el impacto de la inseguridad a cada momento.
El aumento delictivo en Salamanca se ha generado a pasos agigantados, no se ven muy lejanos los días en los cuales se percibía cierta seguridad en la ciudad, y todo esto parece estar quedándose definitivamente atrás, la idea de vivir en forma tranquila ya no es tan clara en esta ciudad.
La eficiencia debe ser considerada la aptitud número uno de cualquier funcionario municipal, y es claro que en Salamanca el tema del control de la inseguridad no ha podido ser resuelto y mucho menos mitigado.
No podemos acostumbrarnos a que sean “normales” las ejecuciones en ésta otrora tranquila ciudad de Salamanca.
Hay algo que claramente no está funcionando y las respuestas siguen quedándose en el limbo, no ha habido soluciones, solo discursos que no han llevado a nada.
La cuestión de la seguridad es un tema muy importante, y es claro que por lo menos le debía de interesar más a la administración municipal, “el fingir que no pasa nada” está llevando a Salamanca a pasar a ser una de las ciudades más inseguras del estado.
La autoridad se ha esforzado más en un estricto control para infraccionar a todas horas a los ciudadanos salmantinos y visitantes que no han verificado los índices de contaminación de sus automóviles, o que no traen su licencia de manejo vigente, que en realmente disminuir los índices delictivos.
Los retenes conjuntos con la policía los fines de semana se han convertido más en disuasivos de conductores alcoholizados, que en dispersivos de la delincuencia; los delitos se están cometiendo en forma diaria, no solamente los fines de semana por las noches.
El continuar esperando que se resuelva el control de la inseguridad en Salamanca, puede ser un tema que por lo menos aparentemente, se sigue viendo muy lejano para esta ciudad.