POR: ME. ALEJANDRO EDUARDO MARTÍNEZ JUÁREZ
ESTUDIANTE DE SEGUNDO CUATRIMESTRE DEL DOCTORADO EN EDUCACION
UNIVERSIDAD DEL CONTINENTE AMERICANO (UCA) PLANTEL IRAPUATO
Este artículo se centra sobre la gran preocupación de padres, profesores, instituciones educativas y sociedad en general de que los jóvenes no alcancen el éxito en la escuela. El éxito escolar, debe garantizar el mejoramiento en las capacidades de aprendizaje de los alumnos y lograr que esas capacidades les permitan resolver los problemas que les presenta la sociedad, adquirir nuevos aprendizajes, autorregularse y alcanzar paulatinamente la autonomía, esto es, construyendo su propio conocimiento, con la ayuda del docente como su guía. Con esta claridad, en cualquiera de estas condiciones, como padres, profesores, instituciones educativas o sociedades, la pregunta sobre por qué algunos alumnos no lo alcanzan o fracasan, resulta relevante y estimula a estudiar las causas y a partir de allí proponer posibles soluciones. En general, las hipótesis sobre el fracaso escolar puede estar relacionado con tres tipos de factores: factores externos al alumno, factores internos del alumno o ambos factores. Dentro de los factores externos se han considerado métodos inadecuados utilizados por los profesores, una actitud desalentadora del medio familiar frente a su fracaso, o provenir de un entorno socioeconómico desfavorable. Las dificultades de atención y de aprendizaje, el desinterés por la escuela, la dificultad para hacer grupos, la infinidad de distractores que en la actualidad tienen a la mano que puede influenciar de manera favorable o no y el inadecuado manejo de la ansiedad, se han considerado como factores internos del alumno.
En estos factores se pueden encontrar diferentes interacciones entre ellos. Por ejemplo, relación entre el método empleado por el profesor y el desinterés del alumno por aprender. Sin embargo hay observaciones que permiten pensar que en ocasiones el entorno socioeconómico, por ejemplo, no influye en el éxito escolar de los alumnos. Por el contrario, algunos de ellos provenientes de entornos socioeconómicos desfavorables tienen éxito a pesar de todo.
En otros casos, también es posible observar que el adecuado o inadecuado método utilizado por el profesor en el salón de clases no es impedimento para que un alumno tenga éxito igualmente. Y finalmente, un caso que podría ser revelador es que alumnos que al inicio del año presentan grandes dificultades escolares, finalmente logran progresar y salir de ellas, aún sin ayuda de otro. ¿Cómo se explicarían estos casos? ¿Por qué alumnos pertenecientes a entornos socioeconómicos desfavorables logran tener éxito escolar? ¿Por qué un mal método utilizado por el profesor no es impedimento para que el estudiante tenga éxito escolar? ¿Por qué un estudiante que al parecer tiene grandes dificultades en el estudio al inicio del año, logra progresar y superarlas definitivamente?
Se ha visto que la motivación escolar nos permite identificar dos tipos de objetivos de logro que, por sus características, resultan ser contrastantes: Objetivos de aprendizaje y objetivos de desempeño. Los dos tienen que ver con la competencia, pero se diferencian en la forma en que las personas perciben las tareas de aprendizaje y en los criterios de evaluación que escogen.
Así pues, Dupeyrat (2006), afirma que: en los objetivos de dominio la principal preocupación de la persona es aumentar sus saberes y su saber-hacer, mejorar su competencia y su dominio de una tarea. Las situaciones de aprendizaje son consideradas como medios para desarrollar sus competencias. El dominio de nuevas tareas y los progresos personales sirven de criterio de evaluación.
En los objetivos de desempeño, la preocupación de la persona es verificar y demostrar la calidad de sus capacidades, tanto actitudinales como aptitudinales. Las situaciones de aprendizaje son percibidas como test o pruebas en los cuales el alumno busca obtener juicios favorables acerca de sus capacidades para lo que ellos quieran estudiar en el futuro.
Tomando como base que uno de los ambientes de aprendizaje más significativos en la escuela es el “salón de clases”, en el cual tanto los alumnos y el docente comparten sus experiencias de aprendizaje, por eso se puede decir que nunca se deja de aprender. Es el salón de clases el lugar donde se manifiestan ciertos tipos de exigencias, limitaciones situacionales o características psicosociales que se relacionan con diversos resultados cognitivos y afectivos de los estudiantes. Por lo tanto será conveniente implementar en el salón de clases todo aquello que favorezca los objetivos de aprendizaje, más centrados en el esfuerzo de los estudiantes.
El reto para los docentes debe ser entonces movilizar y dinamizar el comportamiento del estudiante a aprender sobre sus objetivos de logro y esto lo podemos lograr tratando de involucrar más a los alumnos, docentes y la misma familia en talleres que se han empezado a utilizar con dinámicas en el proyecto Construye-T en algunas instituciones educativas de nivel superior para incentivar a que los alumnos sigan adelante en sus estudios para que sigan superándose y capacitación continua del docente
