PARA APRECIAR EL ARTE ABSTRACTO no se necesita ser un experto. Únicamente se requiere hacer a un lado la actitud de buscar forzosamente una imagen realista, la representación de un objeto. El arte no figurativo se basa en la realidad, pero la expresa por medio del color, la textura y la línea insinuándola o dejándola oculta. Lo que hay que disfrutar es la belleza formal, el juego de la luz y de las sombras y las emociones que despierta en nosotros. Ese es el caso de la pintura de Rufino Tamayo, quién adoptó colores muy mexicanos e ideas prehispánicas e hizo de su trabajo uno de los más bellos y trascendentes de nuestro país.
Tamayo tuvo que romper con los representantes del Muralismo Mexicano quienes abogaban por un arte realista y de mensaje socialista. El pintor oaxaqueño simpatizaba con las ideas de izquierda, pero no permitió que se le impusiera ningún dogma…de allí su originalidad.
Actualmente podemos apreciar algunos cuadros importantes de Tamayo en el Centro de las Artes, aquí en Salamanca. Una oportunidad que no se presenta todos los días.