La Facultad de Ciencias Químico Biológicas (FCQB) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) se propone crear la primera biorrefinería del país para la producción de diversos biocombustibles y derivados, como biodiesel, bioetanol, bioturbocina, glicerina, quitina y quitosano. Informó la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El investigador Ignacio Contreras Andrade, responsable y fundador del proyecto, en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, anunció que se plantea la construcción de la primera etapa de la biorrefinería a través de recursos concursables, así como con apoyo de la empresa de Estados Unidos, Intrust Global Investments, y con apoyo de la Universidad de Harvard.
“Esta empresa está en alianza con el gobierno y con la Universidad de Harvard. Se eligieron tres proyectos que pasamos los filtros de viabilidad financiera, técnica y científica. Contrataron a Harvard para que le dijera cuáles proyectos impulsar”, comentó.
De esta manera, el proyecto no se reflejaría solamente en la publicación de un libro, sino que se convertiría en un proyecto financiero, mediante un modelo que busca recursos privados a nivel mundial.
“Harvard te enfrenta con inversionistas de capital de riesgos reales. En eso estamos. En el desarrollo de la biorrefinería hemos tenido entrevistas con interesados. Ahora, junto con la empresa Intrust, trabajamos en el modelo que nos pide comprobar el concepto de biorrefinería, articulando todos los negocios”, señaló.
En la primera etapa, el proyecto solicitó financiamiento de la Secretaría de Energía para beneficiar el campo y a los pescadores sinaloenses.
“Este proyecto de biorrefinería entrelaza a familias de pescadores, que es donde buscaremos impactar inicialmente: a habitantes del poblado La Reforma, Costa Azul y Playa Colorada en el municipio de Angostura. El impacto sería entre seis mil y diez mil personas, de manera inicial. Se trata de dos millones de dólares versus 400 millones de dólares”, anunció.
El rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Juan Eulogio Guerra Liera, consideró que el proyecto representa un logro para la institución.
«Estos son los resultados que permiten que la institución pueda presumir, gestionar y decir que las cosas se intentan hacer bien, y que tenemos los resultados que nos indican que vamos por buen camino”, comentó.
Guerra Liera destacó que el proyecto haya destacado entre más de 300 proyectos, de 122 instituciones.
“Significa que hay trabajo muy pertinente que sobresale y que es digno de reconocerse, esto se hizo en un mundo de 300 trabajos, pero lo importante es que ahí está una universidad como Harvard que le está dando un reconocimiento y para nosotros es un aliciente para que nuestros investigadores sigan participando en este tipo de eventos», comentó.
Contreras Andrade informó que la biorrefinería integraría cadenas productivas de sectores como la agricultura y la acuacultura.
La materia prima con que trabajará inicialmente es el arbusto silvestre conocido como piñón o jatrofa (Jatropha curcas), que ha sido objeto de estudio para la obtención de biocombustible, bioetanol y bioturbosina. También indicó que se trabaja con cáscaras de camarón, desecho que actualmente representa un problema de salud pública en los campos pesqueros de la entidad, y con este proyecto se lograría incluso su comercialización.
Campos pesqueros
Para el beneficio de los campos pesqueros, el proyecto plantea que las cabezas de camarón dejen de representar un problema ambiental y de salud pública en los campos pesqueros, y que ahora se vuelvan dinero para los pescadores.
“Con este proyecto se les compraría algo que están tirando. Los desechos del camarón”, advirtió.
Uno de los propósitos para industrializar es cierta proteína del camarón para la creación de alimentos balanceados.
“Para ello necesitamos la cáscara de camarón y de cangrejo. Podremos obtener un polímero orgánico, con aplicaciones en la agricultura, en la medicina, para el tratamiento de agua. En la parte de biomédica, para prótesis, al ser un polímero natural. En ciertos países lo utilizan”, dijo.
Ejidatarios
En una segunda etapa, el impacto será a favor de los ejidatarios en los campos agrícolas de Sinaloa.
“Tendremos la posibilidad de formar la empresa con ellos y sus tierras. Todos ellos tendrán acciones dentro de la biorrefinería. Significa que impactaremos en las próximas dos generaciones, en tener el cambio de paradigma: pasar de la mentalidad de las próximas generaciones, para ser hijos de empresarios, con nuevas alternativas y visión del mundo. Lo que no queremos es darle el pescado, queremos enseñarles a pescar”, argumentó.
La utilización de Jatropha curcas para los procesos de biodiesel haría inviable la producción, indicó, 60 por ciento de la biomasa se desperdiciará.
“De esa manera no se aprovechará. Nosotros lo utilizamos todo, desde que nace la planta, hasta la soca. Iniciaremos con biomasa de moringa para el etanol. Pensamos en los residuos: más de ocho mil toneladas de paja de maíz. Cada año, en la radio se pide no quemar la soca. Pero imagina que el siguiente periodo esa soca sea comprada, se aprovecha y ya no impactas al medio ambiente”, explicó.
Se buscan ingenieros
Para la primera etapa, indicó Contreras Andrade, se necesitan al menos 100 ingenieros químicos, bioquímicos y agentes de ventas que fueron capacitados en la UAS. Se trata de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, que actualmente están impactando en temas de bioenergía de la región y quienes fueron parte del desarrollo tecnológico del proyecto.
“Consideramos que en los próximos cinco años se necesitarán cerca de 500 mil personas, si tuviéramos de 40 mil a 50 mil hectáreas de cultivo, pero si se proyecta a mil 500 personas en el campo, se necesitarían muchísimas más personas”.
Proyecto pionero a nivel nacional
El proyecto es el primero en el país; sin embargo, el investigador propone que sea replicable y demostrar que el negocio es rentable financiera y ambientalmente.
Aunque el cultivo de Jatropha curcas no es nuevo, señaló Contreras Andrade, se considera que económicamente ya no es rentable. “Nosotros decimos que sí lo es, y el modelo sería replicable para todo el país, no solamente para plantas como jatrofa y moringa, sino para cualquier cultivo. Queremos que, por ejemplo, el nuevo gobernador de Oaxaca conozca el modelo y podamos implementarlo en su estado, y se genere una gran cantidad de empleos. Llevarlos de la mano y con capital humano capacitado”.
La Universidad Autónoma de Sinaloa prevé que el proyecto sea presentado el próximo mes de diciembre en un evento que contará la historia a través de un documental profesional titulado Cambio de paradigma. El evento contaría con representantes de Harvard, autoridades federales y estatales.
«Va dirigido a quien le interese, lo más importante son los impactos sociales, la generación de empleos, con proyectos de biorrefinerías, porque las biorrefinerías conllevan beneficios sociales, económicos y culturales», puntualizó.
Información de la Agencia Informativa del Conacyt.