“Fue una gran experiencia porque para mí fue como despertar a la vida, despertar al amor, despertar de algo que Dios me dio y hoy tengo la libertad de vivir, porque hoy gozó cada día y cada momento, vivo mi vida cada instante” estas son las palabras de la señora María de Jesús Sánchez Vargas, sobreviviente al cáncer de mama.
Hace aproximadamente un año, que la señora María de Jesús Sánchez Vargas, fue diagnosticada con cáncer de mama, a los 51 años de edad y proveniente de una familia de 8 hermanas y sin antecedentes de cáncer; “yo fui la primera” compartió.
“Fue como si me hubieran echado una cubeta de agua fría, pero sentí que había un remedio y que no era mi final, apenas empezaba, pero estaba dispuesta a luchar” dijo al recordar aquel día en que le confirmaron la presencia de un tumor cancerígeno en su seno.
En una revisión de rutina fue que a la señora Sánchez Vargas, le detectaron oportunamente el cáncer. Aunque en su momento la noticia fue devastadora, ella lo enfrento con ahínco y con el valor de luchar por su vida inició los cuidados y tratamiento recomendado. Hace casi un año lograron extirparle el tumor.
“Yo ya Llevaba más de un año que no me la hacía (la mastografía), entonces fui y como a los 15 días me llaman porque algo había salido mal, me dijeron que regresara para hacerme un ultrasonido. Regresé, me hice el ultrasonido y el del ultrasonido me dijo que sí, que había una bolita muy pequeña pegada hasta lo más profundo de mi mama, que tenía la sospecha de que era algo maligno. Entonces, enseguida sigue la biopsia, y pues sí, detectaron que era algo anormal” comentó.
Aunque la señora María de Jesús, aún sigue en tratamiento y en revisiones periódicas, destaca que el apoyo de su familia fue un factor importante en su lucha contra el cáncer.
“Por mis padres, por mis hermanas, por mi esposo, por mis hijas; nunca hubo desintegración al contrario eso nos unió más y fue un factor importante para que yo enfrentar a esta lucha positivamente, ellos fueron toda mi fuerza y mi motivación” agregó.
Compartió, que tras presentar su caso cáncer, el resto de sus siete hermanas, se realizaron los estudios y a partir de ello, la exploración se ha vuelto un hábito en toda su familia.
Finalmente, alentó a las mujeres que se encuentran atravesando por algún cáncer a “no perder la fe”, a buscar ayuda y a tener valor, coraje y la voluntad de luchar día a día.
“Siempre hay esperanzas para todo sólo nunca pierdas la fe porque hay veces que no nos mata la enfermedad, nos mata la depresión, nos mata la soledad y el miedo, y el encerrarnos nosotros en este mundo. Hay que luchar, hay que salir adelante y hay que seguir promoviendo que las mujeres siempre sigan explorándose, que sigan luchando y no sólo en el área del cáncer sino en toda nuestra vida porque de eso también depende nuestra estabilidad emocional y que no tengamos tantas enfermedades” concluyó.