- Personal de DIF Municipal en atención a reporte de este medio, acude para brindarle ayuda y buscar una solución.
En el piso de la sala de espera del Hospital General de Salamanca terminó recostado y en condiciones precarias, el ciudadano con discapacidad originario de Doctor Mora Heriberto Mendoza Valencia, luego de que fuera rechazado por sus familiares y que salmantinos que trataron de ayudarlo, no pudieron ya brindarle más albergue y asistencia.
Ante su complicada situación y después de pasar la noche en el interior de la sala de espera del Hospital; personal de DIF en atención al reporte hecho personalmente por este medio a la directora del Sistema Municipal Rosa María Mortera Kakuris, comisionó a personal de Trabajo Social para conocer su caso y buscar la forma de ayudarlo.
Recostado en el piso sin poderse mover por las secuelas del Síndrome Guillian Barré, el desamparado hombre permanecía en una cama improvisada creada por cobijas regaladas, se encontró en el centro de la sala del Hospital en condiciones notoriamente lamentables, manifestaba dolor de espalda, hombro y cuello por el cansancio de casi 12 horas inmóvil entre el frío del piso y el ambiente.
Con apenas 40 años de edad, el originario de Doctor Mora traído de la Ciudad de México donde trabajaba, descartó que su esposa e hijos, así como familiares cercanos pudieran brindar ayuda, señaló que su principal necesidad era que lo canalizaran a alguna institución que le proporcione la asistencia y cuidados, ya que por su inmovilidad, las personas en Salamanca que prometieron ayudarlo, pudieron darle la atención.
Un tanto resentido por esta familia, dijo que después de estar algunos días en su casa, durante el fin de semana fue trasladado en una ambulancia de Cruz Roja para ser atendido en el Hospital de Salamanca, donde quedó internado el sábado por un cuadro infeccioso y fue el domingo cuando se le indicó lo darían de alta, sin embargo para ello tenía que pagar la cantidad de $300.00 pesos que a pesar de su condición, Trabajo Social estableció pagar.
Fue gracias a una generosa aportación del Sindicato de Fotografos del Señor del Hospital presidido por Abel Ramirez Luna, comisionando a su hermana Alejandra Ramírez, se contó con los $300 pesos para liquidar la cuenta del hospital, para dar su alta.
Sin embargo ante la imposibilidad de la familia que lo tenía a su cargo, ésta no tuvo más que llevarle un par de cobijas para que pernoctara en la sala de espera del Hospital, donde con ayuda de algunas personas fue recostado en el piso, donde pasó la noche.
Su condición al encontrarlo poco después del mediodía, era por demás lamentable, ya que en sus labio totalmente resecos, mostraba la falta de alimentación, por lo que al preguntarle qué necesitaba, dos cosas pedía con urgencia, agua para beber y la oportunidad para cargar su celular, ya que a través de él se comunicaba con unas personas en la ciudad de México que le enviaban un poco de dinero para sus necesidades.
“Quiero que me ayuden a irme de aquí, porque me duele mucho mi hombro y mi espalda, pero principalmente porque no es el lugar para estar, porque es incómodo para quitarme el pañal”, dijo al comentar que dentro de sus limitantes él mismo se limpia, comentando que la sonda le fue colocada por los médicos del Hospital para un estudio para analizar la posibilidad de insuficiencia renal.
El arribo de la Trabajadora Social enviada por la directora de DIF Municipal Rosa María Mortera, fue minutos después, justo cuando se le hacía entrega de una botella de agua que pedía, indicó que la botella de color naranja a unos centímetros de él, eran orines que estaba reservando para el estudio.
Por su parte la Trabajadora Social de DIF, procedió a integrar la información necesaria para analizar su situación y buscar una solución al problema, indicando que atendería la recomendación de la directora del Sistema Municipal de retirarlo de esa sala y buscar un lugar y la atención especial que requiere.
