MEDIDAS CONCRETAS PARA MEJORAR LA ALIMENTACIÓN
A manera de prólogo y antes de entrar en materia, en algunos artículos anteriores se ha hecho ya mención de varias costumbres de la sociedad en que vivimos y de algunas décadas atrás a la fecha. También se ha mencionado cómo es el comportamiento hacia la ciudadanía de aquellos que detentan el poder económico, político y que no contribuyen a que la gente tenga una alimentación verdaderamente nutritiva.
Las medidas que se mencionarán tendrán diferentes efectos sobre la salud física, mental y la economía del ser humano, así como en el aire, agua, suelo, residuos, mercadotecnia, etc. No es posible mencionar todos los peligros que rodean a la ciudadanía en este escrito.
Es notable la escena diaria de las personas que llevan su “coca, sus papas, sus doritos, etc.” en lugar de procurarse otro tipo de alimentación. Han caído en la trampa de los productos con envolturas brillantes y con excelentes y muy atractivas fotografías. Los estantes de todo tipo de comercio están siempre abarrotados de estos productos.
Empecemos con la “coca” o cualquier otro refresco; existen en el mercado otras bebidas, claro de menor volumen pero que contienen sustancias menos agresivas, algunas hasta pudieran contener algún tipo de leche, no tienen tanta azúcar ni gas. Algunos podrían comprar leche y para que alcance, pues a diluirla, existen atoles, avena, miel, azúcar mascabado. Hay que evitar consumir azúcar refinado o usarla en mínimas cantidades.
Continuemos con las “papas”. Las papas fritas y a la francesa representan un gran atractivo. Pero si en vez de eso rebanamos las papas y las cocemos con muy poca agua, esto se logra rápidamente, no hay que gastar aceite y se ahorra combustible. Además, existe el recurso de agregar otros vegetales enriqueciendo de manera importante nuestra alimentación.
En cuanto a los “doritos”, estos principalmente están hechos de harinas refinadas, aunque también los hay de tortilla de maíz, pero para mejorar su sabor y aspecto hay que freírlos. ¿Por qué no disfrutamos unos tacos de quelites, de verdolagas, de unas tostadas de habas, de frijoles, de nopales, etc.?
Desde el siglo antepasado han tratado de quitarnos nuestros alimentos como son aquellos hechos con maíz; se pensaba y creo que aún continúan con esa idea, que tenía que ver con nuestra actitud y pereza. Para modificar a ésta, era necesario acudir a los alimentos como el trigo y lo comemos de la peor forma: el pan y homólogos hechos con harinas muy refinadas. Los budistas han expresado que para hacer digerible el bocado de pan es necesario masticarlo suficiente tiempo para que una enzima permita una digestión adecuada.
Acudiré a un hecho que demuestra cómo ha penetrado en algunas personas la idea que nuestra alimentación autóctona es para apenarse. En una fábrica del área de Salamanca crecían muy sanas los quelites y las verdolagas, en un área apartada y el único interesado en recolectarlas era un alto funcionario de la fábrica, casi nadie más.
El cultivo del maíz, junto con los frijoles y las calabazas es una sabia combinación de cultivo que no debe olvidarse por razones de poder alimenticio y conservación del suelo (Milpa precolombina).
No permitamos que la propaganda, en ciertos casos los precios, la apariencia y algunos hechos más, nos aparten de la oportunidad de alimentarnos sanamente.
Decidámonos a obtener provecho de las lentejas, garbanzos, amaranto (algún alto funcionario de una transnacional expresó que habría que deshacerse de esa hierba). También es necesario, que quien tenga oportunidad de conseguir y cocinar los huauzontles lo haga, porque se aprovecha más su contenido de proteínas.