Autoridades de inmigración de Estados Unidos han arrestado a cientos de inmigrantes indocumentados en alrededor de seis estados durante esta semana, esto gracias a una serie de incursiones que marcaron la primera aplicación a gran escala de la orden del presidente Trump dada el 26 de enero, la cual prometía acabar con los 11 millones de inmigrantes ilegales
Dichas incursiones, que según fuentes oficiales señalaron a criminales conocidos, apuntaron hacia algunos inmigrantes que no tenían antecedentes penales, una aparente medida similar a las olas de represión semejantes durante el gobierno de Obama, cuya misión era acorralar y deportar a los que habían cometido crímenes.
Trump se ha comprometido a deportar a más de 3 millones de inmigrantes indocumentados que cuenten con antecedentes penales. El mes pasado incluso hizo un cambio en la política del gobierno de Obama, sobre priorizar la deportación de criminales convictos, lo que amplió a el alcance de quién puede deportado por el Departamento de Seguridad Nacional, lo que incluye a aquellos con ofensas menores o sin condenas en absoluto.
Los funcionarios de inmigración confirmaron, que esta semana, algunos agentes asaltaron hogares y lugares de trabajo en Atlanta, Chicago, Nueva York, Los Ángeles, Carolina del Norte y Carolina del Sur, contabilizando cientos de personas.
Pero Gillian Christensen, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, quien supervisa el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dijo que formaban parte de las acciones «rutinarias» de inmigración. El Departamento de Seguridad Nacional (DSN) prefiere decir que las autoridades están llevando a cabo «acciones de aplicación específicas» en vez de usar el término «incursiones».
Christensen añadió que las incursiones, que comenzaron el lunes y terminaron este viernes a mediodía, y que encontraron a inmigrantes indocumentados de 12 países latinoamericanos.
«Estamos hablando de personas que son amenazas para la seguridad pública y una amenaza a la integridad del sistema de inmigración», mencionó, señalando que la mayoría de los detenidos eran criminales graves, incluyendo algunos que habían sido condenados por asesinato y violencia doméstica.
Los activistas de inmigración dijeron que la represión fue más allá de los seis estados identificados por el Departamento de Seguridad Nacional y añadieron que habían documentado incursiones del DSN con una intensidad inusual durante los últimos dos días en Florida, Kansas, Texas y Virginia del Norte.
El hecho de que los inmigrantes indocumentados sin antecedentes penales fueran detenidos y que podrían ser deportados envió una señal de alerta a las comunidades de inmigrantes en todo el país, debido a la preocupación de que el gobierno de los EU podría empezar a ir tras la gente respetuosa de la ley.
«Esta es claramente la primera oleada de ataques bajo el gobierno de Trump, y sabemos que no va a ser el único», dijo Cristina Jiménez, directora ejecutiva de United We Dream, una organización de jóvenes inmigrantes, durante una conferencia telefónica con los defensores de la inmigración.
Agentes del ICE, en Los Ángeles, llevaron a varios individuos a la custodia en el transcurso de una hora, capturándolos de sus hogares o arrestándolos mientras iban al trabajo, dijeron activistas.
David Marin, director de ICE en el área de Los Ángeles, dijo en una conferencia telefónica que el 75 por ciento de las aproximadamente 160 personas detenidas en la operación esta semana habían cometido delitos graves; el resto tenía delitos menores o estaban en los Estados Unidos ilegalmente. Algunos funcionarios dijeron el viernes por la noche que 37 de los detenidos en Los Ángeles han sido deportados a México.