LA ESTATAL/Rendija Política

La mal afamada de la ex-alcaldesa de León María Bárbara Botello Santibáñez ocupó espacios en la prensa local los últimos días de la semana, ya que se presentó a la Contraloría Municipal para responder a un citatorio con la finalidad de que aclarara su participación en la leonina concesión de la recolección de la basura, que su administración otorgó por 20 años a dos grandes empresas.

Para entender el gran robo que significó el otorgamiento de dicha concesión es necesario recordar que en León no había problemas en la recolección de la basura, que el trabajo lo realizaban pequeños empresarios locales a un costo bastante prudente y que los ciudadanos consideraban el servicio como aceptable. Bárbara Botello y los secuaces con los que gobernó León vieron en el tema de la basura una oportunidad de “echarse al bolso” decenas de millones de pesos y entonces tuvieron la gran idea de concesionar el servicio.

Bárbara Botello Santibáñez, el ex-síndico Eugenio Martínez Vega y las ex-regidoras Verónica García Barrios y Beatriz Manrique Guevara fueron los encargados de hablarnos de las “bondades” e imperiosa necesidad de cambiar el sistema de recolección de la basura, prometieron que no costaría más, que habría manejo integral de desechos sólidos no peligrosos y que los trabajadores ganarían más, que el servicio sería moderno y mejor. Salió la publicación para la licitación de la recolección de la basura y ya todos sabíamos quién iba ganar, pues las bases de la misma estaban perfectamente dirigidas, es decir, una licitación simulada.

Todo resultó en una vil mentira, pues a los ex-recolectores leoneses se les pagaban $89 millones anuales y hoy se pagan más de $220 millones a dos grandes empresas foráneas, GISA y Red-Recolector, que resultaron “triunfadoras” en la licitación. La mitad de la población recibe el servicio terciado, es decir, antes el camión de la basura pasaba diario y hoy pasa cada tercer día. No hubo “manejo integral de residuos sólidos no peligrosos”, pues los actuales camiones mezclan y compactan basura orgánica con material reciclable y así lo entierran en el relleno sanitario, además de que quedó prohibida la pepena y los trabajadores de limpia reciben el mismo sueldo y en algunos casos hasta menos que lo que ganaban anteriormente.

Bárbara Botello Santibáñez y sus secuaces planearon, promovieron y ejecutaron la concesión de la basura y todos y cada uno de ellos son responsables del terrible desfalco que hoy sufre el municipio de León por el nuevo servicio, que se incrementó en más del doble su costo. No hay una supuesta persecución política contra la ladina ex-alcaldesa, solo se exige que responda por la enorme corrupción que se vivió en su trienio.

Bárbara Botello, actualmente diputada federal, dijo ante reporteros que a ella no le pueden hacer nada pues tiene fuero y tuvo el descaro de decir que el PAN le tiene miedo pues ella va buscar la gubernatura por el PRI. Eso es producto de una mente enferma, pues el repudio hacia Bárbara Botello y la corrupción que representa quedó demostrado en las elecciones del 2015, donde el PRI fue estrepitosamente derrotado y los candidatos de la ex-alcaldesa perdieron al son de 2 a 1.

Bárbara Botello ya está mal de sus facultades mentales, completamente alejada de la realidad, pues la percepción que tienen los leoneses sobre ella simplemente es reprobatoria. Y tal vez muy en el fondo ella lo sabe, y dice que buscará la gubernatura para que le den de consolación una senaduría, que tendría que ser por representación proporcional, porque por María Bárbara Botello Santibáñez no votaría ni su familia.

Nadie en León duda que Bárbara Botello fue muy corrupta, la única incógnita es saber cuántos millones de llevó. Tuve la oportunidad de platicar un día con unos grandes empresarios de León y me contaron que Bárbara Botello les presumió su enorme fortuna y les dijo “Ustedes ni se imaginan cuánto dinero tengo” (SIC). Así es ella de desvergonzada, cínica y descarada. El lugar de María Bárbara Botello Santibáñez no es en un cargo público, ella debe estar en la cárcel.