Desde hace mucho tiempo después de la represalia ejercida por el gobierno federal implementada por el presidente Carlos Salinas de Gortari en contra del dirigente nacional del sindicato petrolero Joaquín Hernández Galicia, las instalaciones que la empresa de Pemex otorga para beneficio y recreación de los trabajadores está siendo usufructuada por particulares, y nadie rinde cuentas.
Es necesario que a través de la dependencia de transparencia y de información se obligue a los dirigentes a informar de manera pública las ganancias o utilidades que estos bienes reditúan, y quienes son los beneficiados, y sobre todo en que, se están utilizando los recursos que se obtienen de la renta de estos espacios, propiedad de Petróleos Mexicanos, esto debido a que según dijeron varios trabajadores, nunca se ha rendido algún informe.
Espacios como el edificio de lo que fuera la tienda Esfuerzo Obrero, que actualmente es utilizado por diferentes negocios, el propio jardín 18 de marzo que está siendo utilizado como espacio de juegos mecánicos y taquerías, el centro recreativo donde se instaló un oxxo y restaurantes, ¿Quién los autoriza? preguntan los trabajadores, pues no es posible que los bienes de la empresa que, fueron destinados para la recreación de trabajadores y sus familias, estén convertidos en negocios particulares.
Jamás, dijeron los entrevistados, se ha rendido cuentas de las ganancias por este concepto de renta de inmuebles pertenecientes a la empresa Pemex, proporcionadas al sindicato exclusivamente para lo que marcan los estatutos, generar el bienestar de la familia petrolera pero que, a raíz de la caída de la “Quina” las cosas cambiaron, desapareciendo los logros sindicales para dar paso, a lo que podría considerarse, un desfalco a la empresa y a los trabajadores.
Pero qué se puede hacer en un gremio de agachones.