SALAMANCA DEFINITIVAMENTE HA DEJADO DE SER UNA CIUDAD SEGURA; ¿PORQUÉ SON LOS CIUDADANOS QUIENES TIENEN LA CULPA DE LOS DELITOS?
SI ES LA AUTORIDAD QUIEN TIENE ¡LA OBLIGACIÓN DE GARANTIZAR LA SEGURIDAD!
El reciente asalto a mano armada para robarle su camioneta a una señora quien iba acompañada de una niña, deja entrever que la delincuencia no distingue ni mucho menos se detiene ante personas indefensas.
Durante el episodio, inclusive se le escapó un tiro al agresivo delincuente que pudo haber sido de funestas consecuencias, sin embargo la joven señora si recibió un cachazo en la nuca con el arma.
La inseguridad en Salamanca cada día se siente más fuerte y tal parece que va en aumento y no ha habido forma de frenarla.
El deber de la autoridad es velar por la seguridad de los ciudadanos, no puede haber excusa.
No es posible que lejos de contenerse la delincuencia, esta siga avanzando y peor aún, los asaltos cada vez son más violentos.
Los bienes materiales que con mucho esfuerzo y trabajo adquieren los ciudadanos salmantinos, son fácilmente despojados por los maleantes.
Lo complicado siguen siendo las secuelas que van dejando este tipo de situaciones, indudablemente la afectación psicológica a las víctimas es incluso más complicada que el propio asalto, y tomando en cuenta que afectan a los ciudadanos que resultan mayormente indefensos, como son mujeres y niños.
El problema es que los ciudadanos están viendo seriamente afectada su vida normal, y no están teniendo garantizada su seguridad.
El cuerpo policiaco está realmente rebasado, y no existe más que un descontrol en la cuestión de seguridad en el municipio.
Irónicamente el coordinador de seguridad ciudadana Adrián Ruíz apenas el día 2 de febrero de este año señaló que las familias deben seguir normalmente con sus vidas ante la alta delincuencia que se ha presentado, y que para eso habría de redoblar esfuerzos.
Es claro que no se puede arrojar la culpa de los delitos precisamente a las víctimas, aunque tal parece, que esa comienza a ser la salida más fácil para las incompetentes autoridades.