CUANDO LE SUGIRIERON A WINSTON CHURCHIL EN PLENA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, que -como primer ministro- recortara el presupuesto para la cultura, éste se negó y les dijo: «¿Entonces para que peleamos.» Que actitud tan lejana a los políticos en nuestro país, quienes no vacilan en recortar fondos para la educación y la cultura, pero bien que se preocupan por su patrimonio personal. Sin embargo, no podemos esperar mucho en una nación donde ha llegado al poder un presidente que difícilmente puede recordar tres libros…y confundiendo a los autores.
Y lo anterior me viene a la mente porque me comentaron que en la Casa de la Cultura luego no tienen recursos ni para publicitar adecuadamente a los artistas que allí exponen. Tal es el caso de JOSÉ ANTONIO ESQUIVEL, quien actualmente presenta una serie de cuadros muy interesantes. Se trata de una obra que no desdeña lo figurativo , pero redunda más en el expresionismo , que busca enfatizar los sentimientos de una manera dramática, sin que el detalle sea primordial. También podemos ver cuadros totalmente abstractos y de muy buena calidad. Llama la atención cierto sentimiento de soledad, expresado perfectamente en la pintura que hace alusión al Facebook y demás elementos modernos que no logran salvar a los seres humanos de su «otredad», que funcionan como sucedáneos de la verdadera comunicación interpersonal.
El trabajo de Esquivel es el de un maestro con una larga trayectoria, que domina su oficio, pero hay cierta discontinuidad en su obra, como que falta una línea firme que cohesione su estilo. Quizá esto se deba a que -por la falta de apoyo que ya mencioné- no se dedica de tiempo completo a la pintura y esto lo lleva a cierta precipitación y a pausas en su obra.
De cualquier manera: es una exhibición que vale la pena, que nos comunica algo importante y que, al mismo tiempo nos proporciona el placer que toda obra de arte debe proporcionar.
Me dió gusto encontrarme un grupo de estudiantes de secundaria que observaban las pinturas del maestro y hacían comentarios positivos…»¡Esta chido! ¡que padre!». Por ello es tan importante el llevar al público el mensaje de los creadores…pueden sembrar algo bueno en las nuevas generaciones. Y sí éstas se educan, cada vez habrá mejores políticos y continuarán surgiendo artistas de buen nivel.
