Mientras el fin de semana Salamanca vivía crisis en materia de seguridad, el alcalde Antonio Arredondo Muñoz celebraba con el gobernador Miguel Márquez y otros ediles en un rancho del municipio.
La visita de Miguel Márquez sólo se limitó a la fiesta, pero nada ha hecho para intervenir y reforzar la seguridad en la ciudad.
El pasado viernes la ciudad vivió una intensa jornada violenta al registrarse cinco asesinatos y una persona lesionada que falleció al siguiente día.
Los homicidios se registraron en la colonia San Roque donde dos personas sin vida fueron localizadas al interior de una casa; después en el camino de San Juan de Razos hacia Santiaguillo de García se encontró el cadáver de un hombre; más tarde al norte del municipio y adentro de una taquería, tres personas fueron atacadas a balazos por desconocidos, en el sitio murieron dos y al siguiente día la tercer víctima en el hospital.
Pese a los operativos implementados por parte de la Policía Municipal, ninguna persona fue detenida por alguno de los cinco hechos y la vigilancia continuó igual pese a la ola de crímenes.
El alcalde Antonio Arredondo se reunió el sábado (un día después de los homicidios), con el gobernador Miguel Márquez, con su homólogo Juan Antonio Acosta alcalde de Villagrán, con el de Purísima del Rincón Juventino López, con el secretario de Educación Eusebio Vega, con el director del Instituto de Ecología Juan Ángel Mejía e Isaac Piña titular del Comité Estatal del Deporte.
El grupo de funcionarios estuvo reunido en el rancho Tres Elenas para participar en una cabalgata donde bebieron y convivieron; hasta el tiempo alcanzó para tomarse fotografías.
Pese al escenario que vive Salamanca donde opera el crimen organizado como lo ha reconocido el propio presidente municipal, tal parece que poco le preocupa y ocupa atender el tema de la seguridad en la ciudad donde en los últimos días, se han cometido más homicidios que en relación con otras ciudades del Corredor Industrial.
