Las más comunes son la diabetes, el asma y la artritis. Ahora bien, ¿somos capaces de ponernos en los zapatos de quienes las padecen?
Cansancio constante
Las enfermedades crónicas afectan la condición física y emocional de las personas y les impiden tener el rendimiento de una persona promedio. Si tienen una reunión, una clase o cualquier actividad que les implique salir de su casa, deben prepararse mental y físicamente para ello antes de hacerlo.
Recuperación
No solo tienen que prepararse previamente, sino que también necesitan tomarse su tiempo para recuperarse de lo que los desgastó. Ya sea dar un paseo como asistir a una reunión, todo es un esfuerzo mayor para ellos y la recuperación es sumamente necesaria.
“¡Pero… si te ves perfecto!”
Sí, claro, conviven con esto las 24 horas del día, los 7 días de la semana: su aspecto ya no refleja del todo cómo se sienten por dentro y además hacen un esfuerzo sobrehumano para verse lo mejor posible y que los otros no lo noten.
Recibir el diagnóstico
Cada una de las personas que carga con una enfermedad crónica sabe cuán impotente se siente no comprender por qué su cuerpo no responde, lo angustiante que es la espera y lo desagradable que es recibir el diagnóstico.
Situación económica complicada
Las enfermedades crónicas afectan todos los aspectos de la vida de las personas y el dinero se presenta como otra arista problemática. No solo porque los medicamentos pueden ser muy costosos, sino también porque este tipo de enfermedades pueden privar a las personas de tener un trabajo estable.
No porque no quieran, sino porque los dolores pueden interponerse y su cuerpo no les permite trabajar cuando lo desean.
Nada mejor que una ayuda
Muchas personas que padecen enfermedades crónicas se ven reacias a pedir ayuda. Pero la realidad es que no hay nada que valoren más en el otro que su preocupación y disponibilidad, lo ven como una verdadera muestra de amor.
Disfrutan de las pequeñas cosas
Para uno puede ser completamente intrascendente poder caminar hasta el mercado y hacer las compras. Pero las personas con enfermedades crónicas se sienten muy orgullosas y son felices con aspectos tan simples como salir de su casa.
Subidas y bajadas
Convivir con una condición que no les permite disfrutar al 100 % es frustrante, a cualquiera le afectaría mucho. Por lo tanto, las personas con enfermedades crónicas saben que hoy están bien pero que tal vez mañana necesiten descargarse y llorar.
Puede ser complejo entender específicamente cómo se siente estar en la piel de estas personas. Pero de lo que no caben dudas es que son muy fuertes para mantenerse en pie, volver a levantarse cada día y luchar en contra de su condición para poder vivir su vida de forma digna.