LAS MANIFESTACIONES EN CONTRA DEL AUMENTO A LA GASOLINA SON EL REFLEJO DEL CANSANCIO DE LA CIUDADANÍA.
¿SE LES PUEDE RECRIMINAR EN ALGO A LOS MANIFESTANTES?
La manifestación pacífica realizada el día de ayer en la caseta de la autopista de cuota número 41, plaza de cobro Salamanca, en el Estado de Guanajuato, es parte del reflejo del cansancio de los ciudadanos con sus autoridades.
Hay algo que no se les puede recriminar a los ciudadanos en general que están demasiado contrariados por el aumento en el precio de las gasolinas y combustibles, su derecho a la libre manifestación.
Las excusas para el aumento en el precio de los combustibles han sido muchas, desde que el precio a nivel internacional está afectando, así como la fallida reforma energética, sin dejar de lado la pésima administración de PEMEX.
El gran problema económico que existe para los ciudadanos en general es que tan solo para adquirir un tanque de gasolina magna en México de aproximadamente 50 litros, se requieren aproximadamente de 10 días de salario mínimo, si leyó usted bien, diez días o lo que es lo mismo 80 horas de trabajo, esto calculado a aproximadamente 80 pesos y una jornada de 8 horas por día de salario mínimo.
En Estados Unidos el salario mínimo pero por hora es de $7.25 usd siete dólares con veinticinco centavos ($152,25 pesos), esto es con 5.5 horas de trabajo en dicho país (a precios de la gasolina en México) de acuerdo al salario mínimo que rige allá, se puede comprar el mismo tanque de gasolina que aquí en México cuesta literalmente 8 días de trabajo con salario mínimo.
Gran diferencia, 8 días de trabajo en México contra 5.5 horas de trabajo (USA) para comprar el mismo tanque de gasolina.
Es así que en México cuesta catorce veces más trabajo comprar el mismo tanque de gasolina que en Estados Unidos.
El punto aquí es que con independencia de todo esto, se percibe un hartazgo pocas veces visto en la ciudadanía, las manifestaciones están a la orden del día, y por sí fuera poco, la delincuencia ha aprovechado esto para cometer robos y destrozos que nada tienen que ver con los manifestantes, y peor aún, que están afectando a los comerciantes que nada tienen que ver con la problemática.
El hartazgo de la ciudadanía viene acompañado de los pésimos servicios que son ofrecidos por las autoridades; por ejemplo, en el municipio de Salamanca, Guanajuato, la mayoría de sus calles y avenidas lucen deterioradas y con múltiples hoyos y baches, el control de la inseguridad es un tema que no ha podido ser siquiera controlado; es lógico que los habitantes se muestren descontentos con el precio de los combustibles, al ser evidente que no existe un beneficio real para la ciudadanía pese a los altos costos de los impuestos aplicados a los combustibles por la notoria incapacidad en la administración de los mismos.
Mientras tanto, la clase política parece no seguir entendiendo la lección, la única forma en que los ciudadanos comiencen a creer nuevamente en sus políticos, tanto municipales, estatales como federales, es que México inicie una nueva etapa en la que la honestidad sea un valor primordial en la forma de hacer política, y que realmente trabajen en beneficio de los habitantes.
” Un buen político en una democracia es tan impensable como un ladrón honesto“
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