El pasado 02 de mayo de este año el país despertó con una noticia trágica, dolorosa y bastante terrorífica; según informes del periódico El Universal en su página electrónica ELUNIVERSAL.COM.MX “… Alrededor de 8 sujetos atacaron una familia conformada por padre, madre, una niña de 14 años y un bebé, cuando viajaban por la carretera México-Puebla” desde la redacción se puntualiza que la mamá y la niña fueron violadas, el padre golpeado y el bebé asesinado…
Una noticia alarmante que refleja sin duda el proceso de barbarie y salvajismo que el hombre está viviendo, la sinrazón de este acto nos obliga a poner atención en dos aspectos que nos permitan discernir y “tratar de entenderlo”: El primer aspecto es el que señala el acto en sí mismo y el segundo que aborda las causas que motivan al acto.
¿Quiénes son los responsables indirectos? ¿Quiénes serían los responsables en el terreno de lo político, lo moral, lo formativo y lo social de que estos sujetos desencadenasen tal acto atroz y criminal? Bien, NUNCA UN ACTO DE ESTA MAGNITUD SE JUSTIFICARÁ, los responsables directos tienen nombre y apellido, a ellos todo el rigor de la ley, todo el peso de la justicia y todo el señalamiento y juicio social. Sin embargo, el suceso si lo aislamos se destinará a quedar impune, así como muchas historias no contadas y muchos crímenes no resueltos que se han perdido en la memoria de políticos y entre un sinnúmero de hojas archivadas en las fiscalías y los aparatos de “justicia”.
Este acontecimiento es una oportunidad para revisarnos como sociedad, señalar que somos corresponsables, que hemos descuidado y desatendido elementos esenciales que nos otorgan la calidad de SERES HUMANOS que viven en una COLECTIVIDAD O COMUNIDAD; sabernos comunidad nos permite dimensionar la responsabilidad que tengo con el otro, asumir que no puedo ser yo si el otro no lo es, sabernos comunidad nos reta a señalar, transformar y formar a los que somos y la componemos. El principal reto del hombre es perfeccionarse, buscar la posibilidad de plenitud y la felicidad, que nunca será asequible si no es ante un bienestar comunitario, social y compartido.
A través de esta pequeña trinchera hago un llamado a la consciencia, a la reflexión y a la acción, señalamos y culpemos a nuestro aparato ineficiente de seguridad social, a nuestros gobernantes que han permitido y pactado con grupos delincuenciales en sus procesos corruptivos y que por ello, se perciben vulnerables y factibles de proliferar este tipo de acontecimientos; señalemos a las familias que no hemos podido formar y que en las ausencias entre sus miembros vamos alimentando la permisividad y el pensamiento débil, señalamos a la Educación que está más preocupada por formar generaciones competitivas que hombres y mujeres libres, críticos, solidarios y humanos; señalamos a nuestras propias personas por lo que ignoramos y omitimos, porque la construcción de lo social no es, sino lo que yo permito que sea…
En la noticia que circuló el Universal no se especificaron nombres por obvias razones, es momento de solidarizarnos y aceptar que es a todos a los que nos han agredido, dimensionar nuestra individualidad para sentir el rostro sufriente de los que -como ellos- también han sido usurpados, ultrajados o asesinados. Asumamos como sociedad la responsabilidad que tenemos de los otros.
“Todos nosotros somos culpables de todo y de todos ante todos, y yo más que los otros” Dostoievski.
Cotacto: [email protected] Facebook: Pascual Alarcón Sánchez.