
A parte de las extorsiones y amenazas de las que han sido víctimas los comerciantes y empresarios de Salamanca, ahora se enfrentan con un nuevo problema: los falsos inspectores de PROFECO.
Estos personajes, aparecen en los establecimientos con el pretexto de calibrar sus respectivas basculas, antes pidiendo un pago por el servicio para así entregar un falso holograma de calidad.
Respecto a esta amenaza, las autoridades de Fiscalización y Control, advirtieron que en las respectivas oficinas, se cuenta con un convenio de colaboración con gobierno federal, para llevar a cabo las funciones de actualización, las cuales no tienen ningún costo y son obligación del estado, mantenerlas al día.
Se hizo un exhorto a la población a denunciar cualquier irregularidad que pudiera presentarse en sus negocios.