
Responsabilidad ambiental
Alfonso Díaz Rey
Los serios problemas ambientales que enfrenta la humanidad y en general la vida en este planeta, indudablemente se deben a los efectos de las acciones del ser humano, sobre todo a partir de la Revolución Industrial, hace unos dos y medio siglos.
El desarrollo de la ciencia y la técnica contribuyeron al avance de la industrialización y durante casi dos siglos se prestó escasa o nula atención a los efectos del desarrollo industrial sobre la naturaleza.
Tan marcados y graves son esos efectos que ya existe una denominación para esta época: el antropoceno, que algunos la catalogan como una nueva era, caracterizada por los enormes impactos adversos que sobre el planeta causa la acción humana.
Sin embargo, aun cuando es imposible, además de una necedad, negar la causa de esos efectos, también lo es atribuirle a todos los seres humanos el mismo grado de responsabilidad por ellos. Asignar la misma responsabilidad a todos impide arribar a soluciones reales para los graves problemas presentes y futuros que amenazan la vida de muchas especies, la nuestra entre ellas.
En el mundo en que vivimos, dominado por una economía que se sustenta en la insaciable obtención de ganancias a costa de lo que sea, que alienta el consumismo y el dispendio de todo tipo de recursos, ha convertido prácticamente todo en mercancía y ha hecho de la injusticia, la inequidad y la desigualdad sus atributos principales, deberíamos cuestionarnos si es esa la forma de vida que deseamos para nosotros y para quienes nos sucedan.
La aceptación acrítica del término antropoceno para la época actual oculta la causa raíz de los graves problemas que padece la humanidad y de la amenaza que representan para la vida en todas sus formas: el capitalismo.
Mientras las leyes de ese sistema rijan el desarrollo de la sociedad y, en un sentido más amplio, de la humanidad, los problemas de ésta y del mundo continuarán creciendo en número y gravedad; al mismo tiempo, las perspectivas de solución se alejarán y el deterioro de las condiciones de vida de la gran mayoría de seres humanos será una constante.
Los problemas, como las enfermedades, se terminan cuando desaparecen las causas que las provocan; por ello, la solución a los graves males que padece la humanidad llegará cuando como sociedades conscientes y organizadas encontremos formas de convivencia en las que estén ausentes la injusticia, la inequidad y la desigualdad, y las sustituyamos por la justicia, la cooperación, la solidaridad y la igualdad.
Ese cambio no será fácil, pero si aspiramos dejar atrás la prehistoria y estamos decididos a escribir la historia de lo que llamamos humanidad, es hora de empezar a organizarnos y a unirnos para lograrlo.