- La tradición que conservan grupos de danzas y pobladores culminaba después de tres días de festividades religiosas.
- En los alrededores de la Parroquia de la Santa Cruz la banda de los Mónicos armados con palos, machetes y cadenas, merodeaba amenazantes dispuestos a propiciar el enfrentamiento contra otras bandas.
La vistosidad y devoción de las tradicionales danzas prehispánicas que por tercer día ofrecían sus bailes a la Santa Cruz, a punto estuvo de opacar la festividad del 3 de mayo y que el centro de Valtierrilla volviera a ser escenario de batallas campales, ante la falta de vigilancia y acuerdos con grupos vandálicos, luego de que bandas como los Monicos salieron dispuestos a tratar de amedrentar y a propiciar enfrentamientos que ciudadanos decididos a hacerles frente, lograron contener.
La festividad que después de varios años de celebrarse con tranquilidad y sin el acoso de las bandas, cuando se suponía que más controladas están, según lo asegurara el Delegado Juan José González Montecillo, para este año en que esperaba que las festividades se realizaran con absoluta tranquilidad.
Entre los visitantes y fieles que presenciaban la colorida vistosidad de los bailes aztecas y apaches que ofrecen los grupos danzantes a la Santa Cruz en su día, en los alrededores de la Parroquia, con actitud amenazante integrantes de grupos vandálicos portando máscaras de personajes de terror y envalentonados con palos, machetes, gruesas cadenas y diferentes objetos pesados y cortantes, merodearon por la plaza principal de la comunidad.
Aunque a su paso amenazante y agresivo, no entraron en conflicto con las familias, sin embargo en su afán por demostrar poderío y dominio de la zona, la banda identificada como los Monicos siguió merodeando por varias calles molestando principalmente a mujeres jóvenes, amedrentaban a su paso a algunas personas sin llegar a la agresión, quejándose los habitantes de la falta de presencia policial.
Sin embargo no conforme con ello, se dirigieron en busca de los Calavera, en un intento de provocar y propiciar un enfrentamiento, sin que lo lograran gracias a que los vecinos salieron para exigir que se retiraran.
Al lugar finalmente hizo su arribo únicamente una patrulla de policía del Estado, lo que ayudó a dispersar a los vándalos, presencia que sin embargo los habitantes consideraron como insuficiente para obligar los grupos banda a calmar sus ánimos y que se mantuviera el orden, hasta la culminación de la festividad.