Desde que en el estado se desató la alarmante ola de violencia, también se hicieron evidentes los delitos que se desencadenaron al sector comercial.
Los ataques hacia los establecimientos comenzaron por extorsiones telefónicas, daños a los inmuebles, robos y hasta agravios al mismo personal que laboraba ahí.
Sin embargo, con el problema de la delincuencia contrastando con esta situación, ahora las cadenas comerciales son también víctimas de la delincuencia.
Empresas telefónicas y proveedoras de servicios básicos, han señalado haber sido víctimas del robo y daño a sus propiedades, sobre todo en municipios como Salamanca, Irapuato, León y Guanajuato.
Los delitos van desde vandalismo a los inmuebles, hasta el robo del material, como cobre, el cableado y tomas o medidores de luz o agua, lo que representa una reposición del mismo, ocasionando problemas a los ciudadanos afectados.