Se acerca la Navidad. Quedan poco menos de dos meses para que llegue el día y a muchos sorprende que supermercados y algunos establecimientos hayan sacado los turrones, mazapanes y polvorones a la venta incluso antes de que empezase Halloween. «¿Demasiado pronto?», pueden plantearse algunos, pero el caso es que ya hay quien ha empezado a decorar su casa para Navidad.
El motivo o la excusa que la comunidad científica pone a este fenómeno es que la Navidad y todo lo que conlleva nos hace más felices.
Según Amy Morin, psicoterapeuta con sede en Florida y autora del libro ’13 cosas que las personas mentalmente fuertes no hacen’, «para la mayoría de las personas, decorar para Navidad nos recuerda los mejores momentos de nuestras vidas«. Parte de esa alegría proviene de la nostalgia que se he demostrado con estudios que este sentimiento estimula las emociones y aumenta la alegría.
«Cuando decoras, piensas en tiempos más felices, momentos con la familia y los amigos, las tradiciones familiares en las que fuiste partícipe», dijo Morin. «Para algunas personas es un momento agridulce, si alguno de los miembros de la familia ya no está aquí, pero sigue siendo una manera de conectarse».
La Navidad es también una época del año en la que afloran los sentimientos de solidaridad y compasión por el prójimo y las causas ajenas.
«El altruismo aumenta en el mes de diciembre y es cuando la gente comienza a dar más y a donar más, y eso los hace felices», explicó la psicoterapeuta.
La decoración de Navidad también nos puede llevar a conversaciones más positivas, según Morin, y son una forma fácil de entablar una conversación:
«Ayuda a construir un sentido de comunidad y pertenencia y todo esto está asociado con la felicidad».