Deben poner especial cuidado pacientes con diabetes mellitus e hipertensión arterial.

En esta época de fin de año es común la convivencia en la familia, escuelas, empresas y de amigos, por lo que es frecuente que nuestros hábitos alimentarios cambien, existe una mayor ingesta de carbohidratos, grasas y alcohol; bebidas como el ponche, atole y champurrado y comidas como tamales, bacalao, romeritos, pavo relleno, buñuelos, botanas, postres, etc.

“El error más grande es beber y/o comer en exceso, ya que el incremento en la ingesta de carbohidratos, grasas y sodio puede tener consecuencias en la salud, especialmente en personas con diabetes mellitus, hipertensión arterial y dislipidemias”, dijo Brenda Ivette Ramos Serna, nutricionista dietista del Hospital General de Zona No. 21 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Ingerir estas bebidas y comidas sin medida puede representar un descontrol metabólico y complicaciones posteriores, por ello es de vital importancia mantener, aún en estas fechas, una alimentación saludable, lo cual no quiere decir que debe haber una restricción completa, sino mantener un equilibrio, eligiendo correctamente tipos y cantidades de alimentos.

Algunas recomendaciones son: no saltarse comidas e incluir colaciones como fruta y ensaladas, servir los platos con raciones equilibradas, utilizar guarniciones a base de ensaladas y/o verduras al vapor o crudas, como platillo fuerte se pueden elegir carnes magras, pavo o pollo sin piel, lomo de cerdo, pescado, y elegir preparaciones a la plancha, al horno o utilizar poco aceite, además de rellenos a base de verduras.

Debe moderarse, en lo posible, el consumo de embutidos, quesos y sal; elegir pasta, papa, pan o tortilla, pero sólo dos de estas opciones, no todas al mismo tiempo, ya que se pueden incrementar los niveles de glucosa. Debe utilizarse la menor cantidad de azúcar en las bebidas o bien emplear sustitos de la misma.

Ramos Serna también recomendó disminuir el consumo de postres y dulces o sustituirlos por otros a base de fruta, consumir abundante agua natural (dos litros por día), así como realizar mínimo treinta minutos de ejercicio diariamente.