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Recursos naturales y la guerra Por:Alberto De la Torre Gleason Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas...

Recursos naturales y la guerra

Por:Alberto De la Torre Gleason

Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones. La guerra siempre produce daños graves al medio ambiente y a la riqueza cultural de las poblaciones, y los riesgos se agigantan cuando se piensa en las armas nucleares y en las armas biológicas.

Papa Francisco – Laudato Si’ [1]

Corrían el año 2003 y los tambores de guerra de occidente retumbaban en la tierra de Medio Oriente; Hans Blix, sueco, experto en armas nucleares era el inspector a cargo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para realizar las inspecciones al régimen de Sadam Husein en Irak; en ese entonces con las facilidades que ya proporcionaba internet obtuve el reporte final de Hans Blix en la página de la ONU, en donde concluía que Irak no contaba con armas de destrucción masiva, sospecha y pretexto principal de Estados Unidos (EU) para hostigar y luego, sin piedad ni respaldo de la ONU, invadir dicha nación árabe. Por cierto, jamás se encontraron armas de destrucción masiva.

Ahora,16 años después, la historia y la realidad nos permiten constatar que la invasión a Irak, Libia, Siria y todas las intervenciones militares en el mundo de fines del siglo XX y lo que llevamos del XXI, tienen la constante de ser luchas mezquinas por el poder sobre territorios y sus recursos naturales (petróleo, gas, bosques, agua, minerales), dejando detrás la muerte, miseria, destrucción, sobrexplotación, agotamiento de recursos y contaminación, en resumen: el caos total.

Siempre tras una careta de «democracia», «ayuda humanitaria», «armas de destrucción masiva», «paz», etc., las grandes potencias económicas, principalmente las de occidente, comandadas por EU y Europa, por medio de sus organismos internacionales como por ejemplo la denominada Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), han destrozado y subyugado a sus intereses a pueblos enteros.

Ante semejante barbarie y forma de proceder de las grandes potencias es ingenuo pensar que sus intereses por Venezuela sean para bien, pues ahora con artilugios baratos, sofismas sofisticados, intrigas, dominio y malversación de la comunicación, quieren presentar al mundo una Venezuela que pide a gritos la ayuda de la «democracia occidental»; cuando a ojos vista es innegable el deseo voraz de poseer las riquezas de ese país (petróleo, minerales y selva entre los más importantes), sin importarles un comino si el régimen es dictatorial o democrático, pues ellos mismo apoyan en otros países, regímenes dictatoriales o «democráticos espurios» qué, preparados e instruidos por Washington, cuidan y mantienen los intereses de sus colonias; mucho menos les importa el pueblo, que entre más pobre, dividido e ignorante, mejor para su mayor control.

El apóstol Santiago escribió en su carta universal lo siguiente: ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior. Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se hacen la guerra.

Por la gravedad de lo expuesto y ante dos de los principales riesgos potenciales de destrucción de la vida en el planeta (guerra nuclear y cambio climático), debemos tomar conciencia, redoblar esfuerzos, organizarnos y actuar en favor del diálogo, la tolerancia, la conciliación, la paz, el perdón, pero no el olvido, la restauración y la vida.

Podemos empezar por acudir a nuestras raíces históricas, espirituales y de creencias, que plasman esos principios éticos a favor de la vida. También en los más recientes acuerdos

internacionales como el forjado en La Carta de la Tierra [2], que contempla en su principio numero 16: Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.

Notas:

[1] Consulta en línea: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html

Encíclica Laudato Si´ (Alabado Seas) del Papa Francisco 1/4 nos habla sobre el cuidado de la casa común. Audiolibro. https://www.youtube.com/watch?v=DmLdoVAWwSQ , https://www.youtube.com/watch?v=7EAVm-FAHog , https://www.youtube.com/watch?v=NKnMjUPqejU , https://www.youtube.com/watch?v=aaT0pb5pdaE .

[2] El Observatorio Ambiental Ciudadano Biósfera ofrece sin costo, charlas sobre La Carta de la Tierra y Laudato Si’, informes al Celular 462 4848368, correo electrónico: [email protected] . La Carta de la Tierra, consulta en línea: http://earthcharter.org/invent/images/uploads/echarter_spanish.pdf

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