BIÓSFERA

La Cuenca Lerma – Chapala y la Agenda Ambiental 2018

Manuel De la Torre Rivera

Durante el año 2018, cuarenta investigadores de la UNAM y otras importantes instituciones de educación superior, especialistas en diversas disciplinas vinculadas al cuidado del medio ambiente y miembros del Seminario Universitario Sociedad Medio Ambiente e Instituciones, (SUSMAI, http://susmai.unam.mx), cuya misión central es constituir un espacio de análisis, balance y difusión académica de los retos ambientales que enfrenta el país, unieron sus voluntades a iniciativa de la Secretaria de Desarrollo Institucional para preparar la Agenda Ambiental 2018 [i], que constituye también un diagnóstico de las tareas estratégicas que debe emprender el gobierno federal y sus instituciones.

Esta iniciativa trata de salvar la brecha que estableció el periodo de gobiernos neoliberales con una política ambiental errática que se puede describir brevemente en tres grandes líneas.

“La primera es la insistente sectorización del tema ambiental, que por su esencia es multi-relacional e indivisible. La segunda línea de regresión evidente es la constante disminución del presupuesto federal en la materia, lo que expresa el tratamiento oficial de los temas ambientales como accesorios o secundarios entre las prioridades nacionales. La tercera línea de repliegue se refiere a la separación de las políticas públicas que atienden la salud del ambiente y la salud de la sociedad”.

Los distintos problemas ambientales del país –como se muestra en ese documento– han llegado a un nivel tal que ponen en riesgo, a corto y mediano plazos, la calidad de vida de grandes grupos sociales, así como muchos de los procesos productivos de los que depende la economía y el acceso a servicios ecosistémicos básicos, como en el caso que nos ocupa del Rescate y Recuperación de la Cuenca Lerma-Chapala, como parte de la problemática del agua en el país, al lado de otros ocho grandes temas ambientales entrelazados transversalmente.

El análisis de los ocho temas ambientales considerados, manifiesta problemas y fallas transversales de gestión pública que les son comunes, cuyo tratamiento tiene importancia estratégica para revertir esas problemáticas, los principales se describen a continuación:

• La ausencia de información pertinente y veraz sobre las condiciones de los sistemas naturales y los impactos de las actividades productivas que los afectan en mayor medida, como es el caso de la minería y el fracking.
• La ausencia o insuficiente participación ciudadana, que cuando se presenta es limitada y carece de capacidades vinculantes, como es el caso de los Consejos Consultivos.
• La marcada desigualdad en el acceso a los beneficios (pago por servicios ambientales) y la carga de los costos ambientales imperantes, que agudizan la injusticia social.
• La insuficiente educación ambiental en todos los niveles educativos que se ve agudizada por la ausencia de participación de educación informal a través de los medios (radio, Tv, revistas y periódicos).
• La falta de planeación de corto, mediano y largo plazo en las agendas ambientales municipales, estatales y federales.

Y se concluye en el prólogo del documento: “Concebir al gobierno federal como el único responsable del diseño e implementación de políticas públicas de corte ambiental es destinar cualquier iniciativa a un fracaso rotundo, hay que reconocer que el principal potencial para el buen manejo ambiental es la participación ciudadana”.

[i] Documento completo disponible en la liga: http://agendaambiental2018.susmai.unam.mx/wp-content/uploads/2018/03/Libro-Merino-Agenda-Amb-UNAM-web.pdf?fbclid=IwAR2ZKiFqejjACI18ooXTbEhxyg69AAco_qljDSmmFGm3rvJ5UOBzJ87XOCM