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ETERNA JORNADA

Decisión soberana Por: Alfonso Díaz Rey Guadalupe Hernández Macías* In memorian     La decisión de declarar desierta la licitación para la construcción de la nueva refinería es, sin...

Decisión soberana

Por: Alfonso Díaz Rey

Guadalupe Hernández Macías*

In memorian

 

 

La decisión de declarar desierta la licitación para la construcción de la nueva refinería es, sin duda, acertada, acorde con la intención de lograr la soberanía energética y con la defensa de los recursos financieros de la nación.

 

De inmediato surgieron las reacciones de los sectores que siempre han utilizado la obra pública para obtener exageradas ganancias económicas; de quienes, con base en la «reforma» energética aún vigente, vieron la oportunidad de ser propietarios de una parte de la riqueza nacional que siempre han reclamado para sí; de aquellos que ganados a las posiciones ideológicas burguesas y neoliberales se oponen a todo lo que no sea propiedad privada y; los adversarios políticos del nuevo gobierno federal.

 

Tales reacciones eran previsibles, así como su refuerzo con declaraciones de organismos financieros y políticos extranjeros y sus personeros; calificando la medida como un error político y económico del gobierno mexicano.

 

Quienes critican la decisión del Estado de hacerse cargo de la construcción de la nueva refinería son los mismos que en su momento aplaudieron las reformas estructurales que entregaron al capital privado los bienes y las riquezas nacionales, y que han ocasionado el grave deterioro de las condiciones de vida de la mayor parte de nuestro pueblo.

 

¿Está nuestro país en condiciones de llevar a cabo la construcción de una nueva refinería?

 

La respuesta es, sin duda: sí. Recordemos que:

 

  • En 1938, al llevarse a cabo la expropiación y nacionalización de la industria petrolera, los expropiados pronosticaron el fracaso y derrumbe de la industria recién nacionalizada porque, según ellos, carecíamos de los conocimientos para sostenerla. Se equivocaron rotundamente. Los trabajadores, obreros y técnicos mexicanos no solamente evitaron el fracaso sino que la convirtieron en la primera empresa del país y una de las más importantes y rentables en el ámbito internacional.
  • De las seis refinerías de petróleo que actualmente hay en el país, dos existían al momento de la expropiación, Minatitlán y Ciudad Madero, ambas de menor tamaño, capacidad y complejidad; la construcción de las otras cuatro, Salamanca, Tula, Cadereyta y Salina Cruz, así como la ampliación de las dos primeras, fueron obra de obreros y técnicos mexicanos.
  • La formación y preparación de trabajadores especializados y personal técnico por instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), universidades estatales y el sistema de tecnológicos, contribuyó a elevar la calidad de la planta laboral de la industria petrolera y de aquellas que fabricaban equipo y materiales para Pémex.
  • Las características y la dinámica misma del trabajo en la industria petrolera desarrollaron obreros, operarios y técnicos con un alto grado de especialización, calificación y acumulación de experiencia en diferentes aspectos y áreas de la industria.
  • La creación del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) contribuyó a reducir la dependencia tecnológica del extranjero y a elevar la capacitación y calificación de los trabajadores y técnicos petroleros mexicanos.
  • Cuando se carece de algún recurso material, técnico o financiero, siempre hay formas de obtenerlo sin que ello signifique la subordinación ni la cesión de lo que originariamente es propiedad de la nación.

 

Pero llegaron los neoliberales y, desde la administración de Miguel De la Madrid Hurtado (1982-1988) hasta la pasada administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se dio un proceso de desintegración y desmantelamiento de Pémex en prácticamente todas las áreas de la empresa para crear las condiciones que hicieran necesaria, según los causantes de los problemas, la intervención del capital privado para «salvar» a la aún primera industria de nuestro país y disponer de la riqueza que genera.

 

Ese proceso significó, entre otras cosas:

 

  • La privatización de la mayor parte del sector petroquímico de Pémex.
  • La desintegración de la cadena productiva de la industria petrolera mexicana, así como de su sistema administrativo.
  • El desmantelamiento de la plantilla laboral y técnica de la empresa.
  • Un incremento inusitado de la burocracia en el sistema administrativo.
  • Una grave desatención a los programas de mantenimiento de las instalaciones.
  • Incremento de los accidentes industriales y abatimiento de la seguridad.
  • La privatización de actividades relacionadas con el mantenimiento y la construcción.
  • El derrumbe financiero, vía exacción fiscal y endeudamiento.
  • El derrumbe de la producción de petroquímicos, crudo y refinados, así como el incremento de la capacidad ociosa en las instalaciones petroleras.
  • Si bien la corrupción representaba ya un grave problema, en la etapa de los neoliberales alcanzó niveles de escándalo.
  • La cesión al capital privado, vía «reforma» energética y otras modificaciones a la legislación, de importantes áreas de la industria petrolera y del territorio nacional.
  • La penetración de las transnacionales petroleras al país.
  • El empleo especulativo de las reservas petroleras.
  • La pérdida de la soberanía energética.

 

Cabe la consideración de que durante mucho tiempo, incluso antes del arribo de los tecnócratas y neoliberales, se desplegó una intensa y nada sutil campaña ideológica que presentaba a los trabajadores petroleros, por sus ingresos, como un sector especialmente privilegiado de la clase obrera y, equiparándolos con algunos administrativos, dirigentes gremiales y elementos deshonestos, los mostraban como sinónimos de corrupción y holgazanería.

 

La campaña se agudizó durante los seis gobiernos neoliberales que padeció nuestro país; el objetivo, logrado en parte, fue la desvinculación de los trabajadores petroleros del pueblo y de los demás sectores obreros, a la vez de presentar a Pémex como una carga para el país y crear la necesidad de transferir la empresa al sector privado, Ocultaban que en el nivel de ingreso de los trabajadores petroleros incide, además del elevado riesgo laboral, el volumen de riqueza que crean con su trabajo, lo que los convierte en uno de los sectores laborales más explotados en este país (considerando la explotación como la relación entre el volumen de riqueza producida y el ingreso que percibe quien la produce).

 

Aun con los destrozos intencionalmente ocasionados a la industria petrolera mexicana por las seis anteriores administraciones federales, existe un número considerable de obreros, operarios y técnicos, en activo y jubilados, dispuestos, con el aporte de su esfuerzo, conocimientos y experiencia, a participar en acciones y actividades orientadas a la conquista de nuestra soberanía energética; y la construcción de una nueva refinería va en ese sentido.

 

Sin embargo, será necesario mostrar la voluntad política para crear las condiciones que hagan menos difícil la realización de este proyecto; entre otros puntos, además de la convocatoria a obreros, operarios y técnicos jubilados, del sector petrolero y de otros sectores industriales, conviene considerar:

 

  • La derogación de la «reforma» energética para que la industria petrolera vuelva a ser propiedad de la nación y considerada nuevamente como actividad estratégica.
  • Reorganizar y reorientar el trabajo del IMP, retomando y actualizando sus objetivos iniciales.
  • El impulso de programas educativos en la UNAM, el IPN y demás centros de educación media y superior, para la formación de científicos, ingenieros y técnicos especialistas en actividades de la industria petrolera y, en general, la energética.
  • Lograr el adecuado nivel de integración productiva, administrativa y financiera de la industria para transparentar y hacer más eficiente su manejo.
  • Definir hasta qué punto debe desarrollarse la industria del petróleo en México y de qué manera, en la óptica de la protección y remediación ambiental, debe contribuir al desarrollo de la producción de energías limpias, para después reconvertirse y dedicarse a la producción de bienes que sean estrictamente necesarios, como algunos productos petroquímicos, para el desarrollo del país.

 

La decisión del actual gobierno federal con respecto a la nueva refinería es simplemente un acto en ejercicio de soberanía y en ese sentido merece el apoyo decidido de los mexicanos honestos; por otro lado, el mismo gobierno debe realizar y presentar los estudios necesarios de factibilidad ambiental, con el fin de hacer ese proyecto lo menos incompatible posible con el ambiente.

 

En el intento por alcanzar la soberanía energética y recuperar para la nación la industria petrolera, los trabajadores petroleros juegan, como en 1938 con la expropiación y nacionalización, un papel muy importante. Para desempeñarlo correctamente requieren, como condición esencial, recuperar sus organizaciones gremiales, democratizarlas y reconquistar su autonomía del Estado. De seguir en las condiciones actuales, la pólvora se quemará en infiernitos y todo quedaría en simulación y voluntarismo.

 

* Nuestro agradecimiento siempre por tu vida, tu apoyo incondicional y tu valentía compañera Lupita Hernández Macías, brillaste en este espacio y brillas por la eternidad. Con cariño tus amigos del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.

 

 

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EDITORIALES
3 Comentarios de esta entrada.
  • Antonio Aguila Vega. Period. El Liberal de Celaya.
    6 junio 2019 at 9:47 AM
    Deja una Respuesta

    LA ULTRADERECHA DE GUANAJUATO. Por falta de espacio solo se menciona en esta ocasión a LOS HUACHICOLEROS DE LA LUZ CFE Jorge Guzman Almaraz de Salamanca , Gto. varias veces agredió verbalmente a los Muñoz Mosqueda. El Pollo Guzmán es gente muy cercana a los petroleros.

  • nando cow amaro
    6 junio 2019 at 11:59 PM
    Deja una Respuesta

    Muy buena nota del compañero Alfonso Díaz Rey. Y mi pregunta ahora quien nos dará voz a los sin voz. Espero haya Salmantino por mucho tiempo descansa en paz amiga «LUPIS».

  • Conchita Candelas. Period. de Leon, Gto
    7 junio 2019 at 8:09 PM
    Deja una Respuesta

    Precisamente por eso corrieron del sindicato de electricistas al pollo Guzmán, por tonto . No sabía que que el jefe en la CTM del líder nacional del SUTERM era Gilberto. Y Carlos Romero D. STPRM era amigo de muchos años de Gilberto y Carlos.

  • Deja una Respuesta

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