Se llevaron a nuestro «pueblo bicicletero», hoy Salamanca está secuestrada.
Hace unos siete años, Salamanca era solamente un pueblo “bicicletero”, así lo llamaban personas de otros municipios; claro, no había mucho, es que la avaricia y la mezquindad todavía no se apoderaban del gentío, era un “pueblo”, sí, pero un pueblo pacífico, apacible, sencillo; nada perturbaba a los niños, la gente salía al jardín principal y caminaba ya tarde por las calles, nada pasaba, a lo mucho una vez al año se sabía de una desgracia, pero era de sorprenderse, las familias se juntaban y salían de madrugada y serenamente las señoritas caminaban hasta sus moradas.
Los más jóvenes se reunían en Árbol Grande, se saludaban, compartían una que otra bebida, salían a Las Arboledas, amigos, novios y hasta matrimonios; había sobre todo un término que hoy está colapsando; había paz, tranquilidad y respeto.
No fue hace mucho que podíamos caminar sin la zozobra de que algo sucedería, podíamos confiar y tener abierta la cochera, sin ponerle dos candados, podíamos dejar nuestro vehículo y no era normal que desapareciera a la mañana siguiente, el mercado era el lugar más cotidiano para todas las familias, no pasaba nada malo, no conocíamos el sonido de un arma, ni la llamarada que provoca un disparo.
Hoy, todo eso está interfecto, ha desaparecido la tranquilidad, han secuestrado la paz, el bienestar, el respeto; las calles hoy lucen ensangrentadas, aquel pueblo, hoy tiene miedo, la voracidad del poder, el dinero y el dominio se prolifera rápidamente.
Sin pensar, sin darnos cuenta, el “pueblo” engrandeció, llegó la inversión, el crecimiento, con ello el desvío, la impunidad, los tratos corrompidos, las ganas de poder, le dieron entrada a forajidos y se adosaron las sociedades perviertes, crecieron las ganas de tener, de ser, de subyugar y entonces, todos comenzaron a contender, a reñir para embelecar al otro, para ser más que otros y en aras del resarcimiento salió la primer bala, después fueron dos, tres, veinte, cincuenta, hasta que en un año se contabilizaron cientos.
Salamanca ya está secuestrada, desde el día en que se llevaron la paz, desde el día en que los niños ya no pueden andar en bicicleta, desde que las mujeres desaparecen y luego las matan, desde que las madres de familia no pueden andar solas porque son despojadas de sus pertenencias, desde que escuchas los gritos de un familiar desesperado porque encontró muerto a ese ser amado.
No ha bastado con ello, hoy se llevan a inocentes, hoy matan a honestos, a pequeñas almas, les han secuestrado la vida misma, somos todos rehenes del odio, de la venganza , de la maldad, y parece no tener fin; tristemente la perversidad excede y predomina, pero nadie, absolutamente ningún ente político tiene la solución.
Unos hacen más, otros no tienen intenciones, la alcaldesa recibió un gobierno putrefacto, ¿Cómo limpiar el excremento sin trabajar en equipo? Y es que el gobierno del Estado parece estar eclipsado ante los hechos que van desahuciando poco a poco a las familias, y parece que la cabeza estatal está más preocupada por la inversión que por el sosiego de una población ávida de calma; no solamente son las muertes, ahora también nos están acabando con los secuestros, las extorsiones, la intimidación; Salamanca está agonizando no simplemente son “estadísticas” o “daños colaterales”, también es la violación de nuestros derechos, el despojo de nuestro esfuerzo, nuestro entusiasmo, nuestra tranquilidad y hasta de nuestros sueños.
Sabemos que terminó marzo y se contaron 67 muertos, apenas llevamos ocho días de abril y se registran 9 homicidios, otra vez rompiendo marca porque somos ya el lugar más violento de México, nada próspero, pero totalmente real, no han bastado 600 soldados ni más de 100 marinos, tampoco 120 policías estatales, no sabemos qué baste para terminar con las desgracias y para que nos regresen la armonía, la calma, la paz y aquella ciudad tranquila que nos tienen secuestrada.
La alcaldesa sabia con que se podia encontrar, ademas ostentaba un cargo publico del mismo partido en el poder local y estatal. Conocia el informe que rendia el anteriorr presidente al congreso del estado. No veo medidas de prevencion del delito y no del ambito federal, sino del orden común. No se puede decir que desconocia los temas.
Salamanca es una ciudad con una población joven ,fuerte , violenta y traicionera de la que se aprovechan los de arriba para gobernar con el terror, eso está muy bien explicado en los libros de Sociología .
Excelente pensamiento, algo hipócrita viniendo de un negocio que vende alcohol, y dónde se reproduce música que hace apología al delito.
Aplaudo su redacción, desgraciadamente su «giro» no es precisamente un negocio familiar.
La diferencia es que ustedes lucran con una droga que es legal (el alcohol) no veo que hagan bueno por la juventud, cruderia.