Sigue la guerra de colores
Esta semana trascendió que la brillante alcaldesa de Salamanca dijo que no iba a politizar el tema de seguridad pero como siempre, antagónica a su palabra, señaló a los azules diciendo que tienen una guerra en su contra y no es que sea mentira pero la señora continúa preocupándose por nimiedades y parece puberta echando culpas sin hacer lo que le corresponde. Recuerdo que cuando estaba en campaña decía que con seguridad llegaría lo mejor, luego, según ella creyendo que las luminarias traerían consigo la seguridad decidió gastarse de nuestro dinero 42 millones que no han servido para nada. Me acuerdo que defendió en una rueda de prensa la compra de estos utensilios y hasta dijo que era una necesidad y ahora que ya se salió con la suya ¿Qué pretexto pone? Pues que la obligación es del estado, que los panistas le quitaron la policía municipal y eso tampoco es mentira, pero vendría mejor que buscara la manera de lucir su pericia, vendría mejor que pensara y ejecutara nuevas estrategias en lugar de permanecer echando culpas y peleando contra sus exaliados, en contra del partido al que perteneció por años, pero no, prefiere otra vez victimizarse y no asumir el papel que le corresponde. Solamente luce vivaz cuando de compras directas se trata, o cuando todo consiste en tomarse fotos o repartir cobijas y despensas.
Salamanca no avanza
Se encuentra tan grave el escenario en Salamanca, que los negocios continúan cerrando, incluso muchas familias han decidido migrar para evitar ser víctimas de la delincuencia y la inseguridad que existe, no solamente se trata de los asesinatos, también concurren un sinnúmero de hechos delictuosos que nos están impactando y lacerando, me refiero a los asaltos que diariamente se registran en nuestra Salamanca y de los cuales ninguna autoridad da declaraciones.
La semana pasada se presentaron por lo menos 05 asaltos con lujo de violencia en los que ciudadanos que con esfuerzo han logrado poseer algún vehículo a algún objeto de valor, se han quedado sin nada y por supuesto, nadie les responde; es así como las víctimas, escuetamente, se quedan infecundos y sin apoyo alguno, simplemente están sujetos a que un Ministerio Público jamás se resuelva su caso, o quizá, con un poco de suerte logren recuperar sus bienes pero NUNCA LA TRANQUILIDAD.
¿Qué hay de todo eso? O de los que han sido heridos por asaltantes ¿acaso la autoridad se encuentra al pendiente de ello y ofrece algún apoyo o por lo menos tiene estadísticas y las muestra? Ni el estado ni el municipio se han preocupado por indagar más o por minimizar este tipo de hechos, pareciera que su único propósito es aparecer en las fotos, ser los “protagonistas”, sentir que se les agradece por sus “buenas acciones”, pero no se dan cuenta que son SERVIDORES y que por cierto, no están sirviendo de mucho, si se tratase de lo contrario, se notaría en resultados, no obstante, hasta el momento y después de un año de gestión, ni se ve que sirvan, ni intentan servir y por lo tanto los avances se han vuelto una quimera.
¿Qué nos está pasando?
Sin duda existe una profunda descomposición social, luego de los hechos que se suscitaron a nivel nacional, en Culiacán, estamos en la mira del mundo. ¿Qué nos está pasando? Vemos lo que sucede y lo único que hacemos es criticar la decisión del presidente pero ¿se nos olvidó que hemos sido partícipes del mundo del »narco»? , estamos siendo parte de toda esta violencia que nos está matando ¿Cómo? ¿Yo? Si yo tengo valores; no se nos olvide que poco o mucho somos consumidores de algo que no precisamente procede de lo lícito, de alguna manera tenemos que reflexionar nuestras acciones, no solamente en el consumismo, también hay que preguntarnos si siempre hemos actuado con la suficiente honestidad y diafanidad, hay que reflexionar si efectivamente estamos educando a nuestros hijos con el ejemplo o solamente les exigimos comportamientos que no llevamos a cabo o que ni siquiera conocemos, cavilemos, ¿qué más estamos haciendo mal? O ¿por qué estamos llegando a estos extremos? ¿Por la culpa del GOBIERNO? ¿Por la culpa del crimen organizado? ¿Estaremos haciendo lo que nos corresponde? Definitivamente un gran porcentaje de la sociedad NO ESTÁ HACIENDO NADA PARA CAMBIAR LAS COSAS, ¿Nos quedará emitir un juicio sobre la decisión que tomó el gobierno federal sobre liberar a Ovidio Guzmán López? Yo no estoy diciendo que esté incorrecto opinar pero primero pensemos cuál ha sido nuestro actuar o qué papel asumimos en este país, qué experiencia tenemos en el ámbito y principalmente pensemos en el valor que tiene la vida, dejemos atrás la obstinación y el protagonismo, si somos de la oposición, entonces propongamos sanamente, dejemos de odiarnos entre el pueblo, aportemos con cambios, con unión, emitamos discursos que construyan, dejemos atrás los bloqueos mentales y partidistas, simple y sencillamente despertemos y llevemos a la práctica eso que realmente nos va a ayudar a desarrollarnos, unirnos y crecer juntos, la gente es el poder en esta nación y no los servidores públicos, mucho menos los partidos políticos.
