Por Iván Juárez Popoca.
SEGURAMENTE USTED HA SUFRIDO ALGUNA VEZ para conseguir algún papel oficial o llevar a cabo un trámite para recibir algún tipo de servicio. Hoy me siento contento porque, al fin, después de cuatro vueltas a una dependencia gubernamental , logré sacar un documento (que, aunque necesario, ni siquiera es de especial importancia.)
Estoy decidido a combatir la fobia que le tengo a la tramitología y que tanto me ha perjudicado en esta sociedad tan burocratizada. Varias oportunidades se me han escapado por no haber tenido requisitos relacionados con el papeleo y no he obtenido algunos beneficios por la flojera que produce el miedo a poner un pie en las oficinas de tal o cual dependencia.
Comprendo que la sociedad ha de tener un orden y que los administradores y burócratas son un mal necesario. Sin embargo, en la mayor parte del mundo exageran, tienden a complicar las cosas, a imponer pasos innecesarios, muchas veces absurdos…
México no es la excepción. Por ejemplo: en dependencias como el IMSS o escuelas oficiales luego te piden que compruebes datos que ellos mismos tienen…¡ya tienen la información en su sistema y te obligan a comprobar su veracidad una vez más! Y este es solamente una entre miles de situaciones que únicamente pueden explicarse por la ineficiencia, desidia o el “no tener que hacer” de la humanidad.
Y así los ciudadanos tenemos que a hacer filas y andar de un lado a otro en una odisea que ha de ser compensada con el SI anhelado y que puede llevarse mucho tiempo. De allí que esto haya propiciado la corrupción y se haya deslizado el billetito entre los pálidos y desesperados legajos. Esta práctica, esperemos, ha de ir desapareciendo merced a la lucha de la “Cuarta Transformación”. Pero no es fácil, hay una cultura arraigada que apuesta por lo negativo y por ello, muchos críticos dicen que López Obrador, en las mañanas, parece estar en homilía. Y tienen razón: frecuentemente suena
utópico, fuera de la realidad, pero está actuando. Eso es lo importante y lo esperanzador.
El país no ha de cambiar de la noche a la mañana. Y mientras eso sucede no hay otro camino que enfrentarse a las cosas como son: estoy trabajando mi paciencia y aprendiendo otras estrategias que hay que manejar, tales como investigar perfectamente los requisitos para realizar el trámite (y aún así puede faltar algo y el burócrata pondrá cara de sádica satisfacción.) Además hay que ser muy amable con el Guardia, adoptar actitud de subalterno frente al Funcionario mal encarado, bromear con la secretaria…ya hasta me está gustando.
Buenos días serían tan amables de enviarme la historia de los gremios y el Cristo negro de Salamanca gto por favor