Por: Eber Sosa Beltrán
Psicólogo con maestría en psicoterapia
El trabajo es una actividad que se desarrolla a partir de un conjunto de relaciones y saberes para la producción de bienes y servicios que satisfacen necesidades humanas y reproducen una serie de representaciones sociales que dan un valor diferenciado tanto a los individuos como a las funciones que realizan, de tal forma que existen actividades remuneradas con un mayor poder adquisitivo, que dan estatus, privilegios y visibilidad en la vida social, mientras que otras actividades las no remuneradas, las que tienen poca valoración social a pesar de ser altamente necesarias, crean una relación de subordinación en la que la utilidad del cuerpo como fuerza de trabajo es un estructurante de la identidad.
Los derechos laborales son principios a partir de los cuáles se busca regular los intercambios y prácticas sociales encaminados a la colaboración entre las personas y grupos, pero la lógica del trabajo tiene múltiples significados dependiendo del contexto histórico social en que nos desarrollamos.
El avance tecnológico por ejemplo ha extinto oficios que en algún momento existieron aún cuando las representaciones sociales sean intemporales reflejos de temores y anhelos, porque el trabajo es también una búsqueda del sentido de la vida, de la nostalgia por recuperar el paraíso perdido, un reflejo del dolor humano, un pacto de hermandad que lanza al destierro del desempleo todo lo ominoso, creando el escenario de la explotación.
Existe una continuidad entre la disciplina corporal y mental que desarrolla destrezas y conocimientos y la extralimitación de sus funciones, la que compromete no solamente la salud sino la posibilidad de pertenencia. Se dice que elegimos, pero existe una cuestión crucial cuando la elección del éxito está condecorada con una reverencia de lealtad que a veces se paga con la vida. Porque el trabajo como extensión de nuestro ser es utilizado, calificado, pagado, reconocido, recordado u olvidado, es una encrucijada que cuando compromete la vida y extingue su diversidad nos hace pensar el sentido de su trascendencia.
EL BARON Y DOCTOR DAVID DE ROTSCHILD. EL BANQUERO Y PETROLERO MAS GRANDE DEL MUNDO. En la Universidad de París en 1984 en su cátedra y presentación de su libro EL DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO analizando el concepto Futuro de frente decía a sus alumnos Para los MEDIOCRES el futuro es lo IIMPOSIBLE , Para los COBARDES el Futuro es lo INALCANZABLE , Para los VALIENTES el Futuro es una FUERTE CANTIDAD DE OPORTUNIDADES PARA TRIUNFAR.