La Federación no respeta sus propias reglas. Desde el pasado viernes 27 de Marzo, se han estado llevando a cabo las entregas de los apoyos que el Gobierno Federal ofrece a la ciudadanía, teniendo en Salamanca un gran número de beneficiarios, la mayor parte de estos, adultos mayores.
Sin embargo, dado que estas entregas económicas ocurren de manera bimestral y el padron de favorecidos es alto, se suelen realizar las entregas en espacios o plazas públicas que sirvan como punto de reunión, lo que en estos días ha sido recurrente y muy criticado, pues las entregas se han hecho sin las medidas pertinentes de prevención de contagio.
Pese a que fue la misma Federación quién emitió varias medidas preventivas para evitar el contagio del Coronavirus y entre más que incluyó evitar estar en espacios con más de 50 personas y proteger en primera instancia a adultos mayores, esta premisa es la que más se ha violado.
Un ejemplo claro, la entrega de efectivo del programa de pensión para adultos mayores, el cual se llevó a cabo en el Centro Cívico de Salamanca con los mínimos requerimientos de salud. Solo al ingresar se entregaban un poco de gel antibacterial a los beneficiados y solo si aceptaban usarlo.
Tampoco se respetó la premisa de ‘sana distancia’ que establece debe existir un metro de distancia entre una persona y otra, pues los adultos mayores, fueron colocados en una bodega cubierta con láminas y otros más, ubicados debajo de una lona uno junto al otro para evitar exponerse al sol.
En otro de los casos, sucedido el pasado Lunes 30 sobre la calle Vasco de Quiroga de la Zona Centro, donde también te realizó la entrega de apoyos, la situación se volvió a repetir.
Pues por lo menos 100 personas se encontraron reunidas en espera de recibir su efectivo, lo que hizo que la aglomeración se hiciera evidente y la espera bajo el sol muy larga.
En esta ocasión, también se colocaron toldos donde los adultos mayores debían esperar su turno, siendo expuestos a las altas temperaturas, sin hidratación, sentados uno junto al otro y sin recibir, por lo menos, un cubrebocas.