Por: Valeria Guerrero Hernández
A través de este medio, ciudadanos hicieron evidente las paupérrimas condiciones que prevalecen en el corazón de Salamanca pues desde hace varios meses luce descuidado, sin embargo, aproximadamente hace una semana, el Jardín Constitución o Jardín Principal tuvo cambios repentinos en cuanto a su aspecto, ya que fue efectuada una poda en los árboles que en él se encuentran.
Debido a la poda de estos árboles, gran parte de la sombra que cubría el jardín se ha desvanecido casi en su totalidad, provocando incomodidad en los comerciantes del lugar y dejando un sitio sombrío y poco cuidado.
No sólo ha afectado a los comerciantes y zapateros de manera personal, sino que también su bolsillo se ha visto afectado, pues comentan que las ventas y el trabajo ha disminuido y que desafortunadamente por parte del municipio no se ven soluciones a la problemática, explican que realmente no hay trabajo y que son contadas las personas que asisten al jardín con la finalidad de consumir.
A comparación de otros municipios, el Centro histórico de Salamanca se ve totalmente diferente y no precisamente de manera positiva, pues mientras en otros municipios se apoya al comercio local y se cuida el aspecto de los lugares públicos buscando principalmente el orden, en Salamanca es todo lo contrario, pues a pesar de que el municipio considera que son mejoras para los comerciantes, en realidad resulta ser todo lo contrario, pues pierden comodidad e incluso las ventas disminuyen provocando que estos se vean perjudicados, pues las visitas cada vez son menos recurrentes y por ende las ventas y la circulación de dinero son muy pocas a comparación de otros años.
Los salmantinos que dedican su tiempo trabajando en este lugar, esperan que pronto se empiecen a buscar más soluciones a los problemas económicos que se presentan ya que tienen familia y no pueden permanecer tanto tiempo sin trabajo.
A pesar de la desesperación de que su situación mejore, los trabajadores y comerciantes del lugar han preferido mantenerse al margen pues temen que el municipio pueda tomar represalias por realizar comentarios públicos o a los medios de comunicación.
Para los afectados, hoy Salamanca luce sin brillo y ello no provoca interés en foráneos ni oriundos.