En el Congreso Local se presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Salud estatal para fortalecer los programas de prevención de embarazos en adolescentes.
La propuesta busca que la coordinación del Sistema Estatal de Salud diseñe, implemente y evalúe programas permanentes para la prevención de embarazos en menores de edad.
La Representación Parlamentaria del Partido del Trabajo detalló que las mujeres adolescentes eran reconocidas como un grupo de especial atención, debido a las múltiples formas en que el ejercicio de su vida sexual y reproductiva impacta en el desarrollo de transiciones sumamente relevantes a la vida adulta.
En ese sentido, se apuntó que las adolescentes presentaban desafíos específicos en materia de salud reproductiva, relacionados, sobre todo, con la protección de la sexualidad y la postergación de la maternidad, ya que cuanto más joven sea la madre, mayor riesgo para el bebé.
El Partido del Trabajo subrayó que a nivel global las complicaciones durante el embarazo y el parto eran la segunda causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años, y que México ocupaba, entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el primer lugar de embarazos en adolescentes con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años.
“Cuando una menor de edad queda embarazada, su vida da un radical giro que hace que su vida cambié totalmente, no sólo cambia la dinámica que lleva en la sociedad, complica sus estudios, disminuyen sus oportunidades laborales, requiere atención y servicios médicos, pero, sobre todo, debe asumir responsabilidades frente a su nuevo panorama, las cuales no son aptas para su edad, lo que puede llegar a afectar su salud física, emocional y mental”, enfatizó la diputada María de Jesús Eunices Reveles Conejo.
También se refirió a que, en México, el 23% de las y los adolescentes iniciaban su vida sexual entre los 12 y los 19 años, de los cuales el 15% de los hombres y 33% de las mujeres no habían utilizado ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual.
En ese sentido, dijo que la primera herramienta de que se dispone para evitar los embarazos en adolescentes era la educación, ya que el aula era el espacio común que brindaba sentido y orientación a la vida.
“Debemos ampliar la cobertura de métodos anticonceptivos modernos. Que los adolescentes conozcan sus mecanismos de acción y efectividad, y los utilicen de manera sistemática y consciente, además de diseñar políticas que permitan a las jóvenes obtener más información y uso correcto de los métodos anticonceptivos”, enfatizó la legisladora.
Reveles Conejo precisó que, según datos de la propia Secretaría de Salud del Estado, durante el 2019, se atendieron en promedio, 45 casos diarios de embarazo en adolescentes, por lo que resultaba urgente continuar enfocando acciones hacia la salud sexual y reproductiva vinculada con los periodos de la adolescencia y la juventud, sobre todo, para prevenir el embarazo no planificado en edades tempranas.
La iniciativa fue turnada a la Comisión de Salud Pública para su estudio y dictamen.