«Queridos Reyes Magos, traigan tiempo de juego, pues ese regalo es el más valioso de todos y ningún juguete lo sustituirá».
Por: Eber Sos Beltrán
Psicólogo Clínico con maestría en Psicoterapia Clínica
Queridos Santos Reyes Magos tengo interés en escribirles esta nota con el objetivo de proporcionarles algunas ideas que colaboren en la tarea de lograr hacer felices a todas las niñas y niños del mundo occidental.
Una cuestión que primeramente deben tomar en cuenta es que el mundo occidental es altamente competitivo y consumista y esa circunstancia puede conducir a frustrar excesivamente a niñas y niños por igual. Sucede que como todo producto en venta, los juguetes prometen una diversión que no pueden asegurar, el marketing y la tecnología de punta no sustituyen su presencia ni su involucramiento en los espacios de juego.
Queridos reyes necesitan tener presente que los niños no son clientes, no se trata de darles todo lo que pidan y cumplir todas sus ambiciones, es fácil darse cuenta que muchas de sus elecciones están condicionadas por las lógicas del mercado global y que en los juguetes que les llevan les confirman el lugar que ocupan en un entorno desigual.
Díganme queridos reyes ¿por qué les dan juguetes caros a unos y apenas dulces y galletas a otros? Como sea, ambos pueden estar agradecidos del tiempo que dedican sus madres y padres a ese momento atemporal del juego, ese escenario simbólico de las fantasías infantiles, donde se representa lo inesperado, un mundo mágico que transfigura lo cotidiano para convertirlo en un sueño, valioso tanto para el desarrollo psicológico como para el aprendizaje, pues recrea conflictos humanos universales y las múltiples posibilidades de resignificación.
Por eso amadísimos reyes quisiera que les trajeran a todas las niñas y niños de la región occidente menos juguetes bélicos , enajenantes o monótonos, menos juguetes estereotipados y sexistas, menos ropa y accesorios hipersexualizados o cosificantes, y más juegos creativos, que rompan con los esquemas convencionales y que fomenten procesos creativos, que posibiliten la expresión de los sentimientos de una manera positiva, y que inviten a colaborar, a cuidar y a amar. Y por favor no lo olviden, traigan tiempo de juego, pues ese regalo es el más valioso de todos y ningún juguete lo sustituirá. Seguro cada madre, padre, hija o hijo se los agradecerán.