Ricardo Rivera murió en medio de una pandemia que dejó vulnerable a su gremio; ante la desesperación por no conseguir una estabilidad económica buscó apoyo del Gobierno Municipal y lo único que recibió fueron negativas, incluso en sus últimos días de vida denunció hostigamientos, ataques y amenazas.
La propia Beatriz Hernández le negó el derecho que todo ciudadano tiene pues no lo quiso escuchar y tampoco lo reconoció como líder ni como parte del gremio de los comerciantes del Centro Seguro.
Antes de irse para siempre, advirtió que cualquier cosa que le pasara, hacía responsable a la primera edil, hoy, poco se sabe sobre los hechos que le quitaron la vida.
Ricardo Rivera fue efectivamente un líder social que siempre mantuvo un vínculo con los medios y denunció actos injustos como varios robos cometidos en la zona centro, en diversas ocasiones incluso salía de madrugada para cuidar los locales comerciales de sus compañeros, varias veces externó a este medio que quería las mismas oportunidades que eran dadas a otros y no se cansó de alzar la voz ante ciertas injusticias por parte del Gobierno Municipal.
Las cosas se complicaban cada día más entre la inseguridad y las bajas ventas; con la llegada de la pandemia mucho se afectó a familias que viven del comercio y por esa razón , Rivera trató de ayudar a sus agremiados haciendo uso de su derecho de expresión, sin embargo, tal parece que el destino decidió callar sus inconformidades.
Hoy, decenas de comerciantes se quedaron sin un representante y sin un líder de opinión que se fue sin decir adiós.
Ricardo Rivera es el segundo líder de comerciantes que muere este año en Salamanca pues a principios de este 2020 murió San Juana Razo Murillo víctima de un asesinato afuera del mercado Tomasa Esteves y a plena luz del día.
Ambos exigieron mejoras, más seguridad, más oportunidades y se distinguieron por decirle sus verdades a quienes administran el erario.
El líder salmantino que también era taxista por las noches y madrugadas fue la cabeza de manifestaciones en las que se solicitaba permiso para poder reabrir varios locales comerciales en el primer cuadro de la ciudad, decía que la dirección de Fiscalización no estaba siendo «pareja» y reprochó el actuar de este gobierno en múltiples ocasiones, fue señalado en redes sociales por autores desconocidos pero no le tenía miedo a expresar sus ideas.
Este día, sus compañeros de equipo, sus agremiados, conocidos, otros líderes de opinión lamentan lo ocurrido y exigen que la autoridad competente clarifique lo que ocurrió la madrugada del domingo 24 de mayo, el último día de su vida.