26/06/2020
En este plano, mejor que nunca, veremos la razón por la cual la Villa de Salamanca fue fundada bajo las reglas establecidas por Felipe II en sus Ordenanzas de Población, en la cual establece algo que conocemos como «la traza perfecta», la cual refiere a una cuadrícula bajo la cual se trazan las poblaciones del Nuevo Mundo en el siglo XVI. Salamanca es fundada en los primeros años del XVII, por lo cual entra en esta premisa. La traza perfecta refiere a medidas bien determinadas que van de oriente a poniente y de norte a su, estableciendo así las calles; todo el centro de nuestra ciudad, lo que podemos considerar (pomposamente) como «Centro Histórico» fue establecido bajo la mencionada regla.
Al crecer la población la traza, la retícula, se mantuvo, al menos hasta finalizar el siglo XIX. Comenzado el siglo XX otras fueron las circunstancias y las economías que marcarían el crecimiento. El norte de Salamanca pasó de la que ahora conocemos como calle Matamoros, a la vía de tren en 1887, así se mantendría por más de medio siglo hasta que, en 1947 comienza a construirse la nueva refinería de Petróleos Mexicanos; el norte se vuelve la calle Faja de Oro, luego, en 1950, pasaría a la calle Árbol Grande pues comienza a trazarse la colonia que hoy conocemos como Bellavista y que originalmente se le conoció como la Morfín o Atlas.
En esta toma de 1948 vemos a La Fortaleza en primer plano, al fondo aparece el trazo de la que sería la Colonia Bellavista, a la izquierda alcanzamos a ver la casa del Ing. Morfín. Se comenzaba a trazar la mencionada colonia que, en buena medida, era una «Ciudad Utópica». Me explico:
El inicio de esta teoría la podemos ubicar con San Tomás Moro, santo inglés cuyo nombre era Thomas Moore, el cual fue mandado asesinar por Enrique VIII al no haber aceptado su divorcio, de ahí que se haya creado la iglesia Anglicana. Es él, Thomas Moore, el que escribe un libro que llamó Utopía, en él idealiza una ciudad en la que todas las casas eran iguales, con la misma dimensión, todas rodeadas de jardines. Estaba pensada de tal modo que todo quedaba cerca, escuelas, trabajos, mercados. La obra fue escrita en 1516, se dice que tiene influencia de La ciudad de Dios de San Agustín y algo de la República de Platón.
En México varios proyectos han habido bajo el concepto de la ciudad Utópica, al principio fueron las ciudades fundadas por españoles que, bajo los nuevos conceptos de la Ordenanza se desarrollaron, en la ciudad de México, Puebla, Oaxaca y Morelia, en donde vemos aun en nuestros días la perfección de la traza en sus centros históricos. Al mediar el siglo XIX, con la idea de colonización europea iniciada por Antonio López de Santa Anna, en Veracruz se crearon varias ciudades de tipo Utópico, otras en la Sierra Gorda.
Una que creo fue ciudad Utópica la tenemos muy cerca de Salamanca, en Soria, en donde Eusebio González, esposo de Emeteria Valencia, creó una comunidad para dar alojamiento a los trabajadores de sus negocios textiles.
Las 18 manzanas que conformaron la primera etapa de la Colonia Bellavista caben muy bien dentro de concepto Ciudad Utópica. En nuestros días quedan una docena de casas con sus terrenos originales, aun sin mutilación, pues los originales eran de 600 metros cuadrados; esto representa 501 casas. Número curioso, pues 500 terrenos fueron destinados para los trabajadores y uno, que ocupaba el espacio de 3 casas, fue destinado para don José Muro, primer superintendente de Riama.
De la Utopía original solamente queda el trazo de las calles, perfectamente orientadas, los terrenos originales, luego de siete décadas, se han ido desmembrando, sea porque los dueños originales lo vendieron o lo dieron en herencia a sus hijos y cada quién tomó su parte, de la idea original de una casa rodeada de jardín solo queda el recuerdo y el magnífico ejemplo de Arquitectura funcionalista en esa casa que fuera de Don José Muro.
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