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Asaltos, robos, las crisis sanitaria y económica, provocada por el coronavirus afecta ya al campo mexicano, que deben garantizar la producción de alimentos.
El campo, uno de los sectores más pobres de la economía mexicana, se convierte en uno de los principales sustentos de la población en plena crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de Covid-19.
Los productores se enfrentan a la devaluación del peso frente al dólar, la caída en los pesos del petróleo, los vicios que prevalecen en los mecanismos de distribución y la tardanza en la entrega de los apoyos.
Además, la problemática generada por el coronavirus se agudiza con la paralización de los sectores turístico y restaurantero, cerrados después de decretarse la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Los números rojos que dejó el neoliberalismo en el agro nacional se incrementan.
Otro problema que han tenido los campesinos han sido víctimas de robos, y asaltos tanto de maquinaria o equipo de cultivo.
No obstante, Héctor Ortega Razo, presidente de confederación nacional campesina comento que aunque la producción campesina no se ha detenido, hay una “gran preocupación” porque la gente “no tiene un salario: no hay una retribución, no depende de un patrón y tampoco forman parte de los esquemas de apoyo del gobierno federal.