Ciudad de México, (SinEmbargo).– Una encuesta publicada hoy por el diario español El País dice que, abrumadoramente, el Presidente de México peor calificado de los últimos tres es Enrique Peña Nieto. ¿Y el mejor? También de forma abrumadora sale que es Andrés Manuel López Obrador.
El periódico publica este jueves un texto que se llama: “El ‘efecto López Obrador’: la sociedad mexicana se polariza en dos bloques”. Ahí se lee que casi la mitad de los ciudadanos “votaría por un hipotético partido liberal y se muestra a favor de una ampliación de mandato, una opción no contemplada en la Constitución”. Lo firman Francesco Mannetto y Jorge Galindo.
En un apartado, titulado “La Presidencia, figura polarizadora”, dice que en cualquier república presidencial, “la jefatura del Ejecutivo tiende a concentrar pasiones. México no es una excepción, al contrario: incluso mirando hacia atrás, emerge un patrón claro de ‘mitades’”.
“La mitad contra el expresidente Enrique Peña Nieto, que llegó al poder con un aura de cambio y juventud institucionalista pero abandonó el cargo con uno de los niveles más bajos de aprobación que recordaba la oficina presidencial. Y también la mitad a favor de López Obrador. Si al primero un 52 por ciento le considera el peor de los últimos tres mandatarios, al segundo un 56 por ciento le ve como el mejor”, afirma El País.
Es probable, agrega, que muchos mexicanos estén en ambas categorías, configurando una suerte de mitad polarizada en la contraposición Peña Nieto-López Obrador. “Eso también forma parte del discurso público del mandatario, cuyo programa busca romper con las pasadas Administraciones del PRI y del PAN, empezando por el Gobierno que le precedió”.
La pregunta es:
De los tres últimos presidentes, quién considera que ha sido…
El peor:
Felipe Calderón: 20 por ciento.
Enrique Peña Nieto: 52 por ciento.
Andrés Manuel López Obrador: 16 por ciento.
El mejor:
Felipe Calderón: 13 por ciento.
Enrique Peña Nieto: 10 por ciento.
Andrés Manuel López Obrador: 56 por ciento.
Su encuesta, de SIMO Consulting, refleja que los mexicanos están, “en efecto, partidos en bloques. Un 49 por ciento de los encuestados declara que votaría por los liberales, mientras que aproximadamente la mitad, un 25 por ciento, apoyaría a un bloque conservador”.
El País dice que López Obrador aún no ha llegado al ecuador de su sexenio “y, más allá del programa de reformas, ya ha conseguido uno de los propósitos estructurales de su proyecto. Esto es, ser el eje polarizador de la vida política aun a riesgo de dividir a la sociedad”.
“Su afán por marcar la agenda y su omnipresencia en cada debate, desde la tribuna privilegiada de las conferencias de prensa matutinas, se traducen en una visión dual de México. El Presidente lo repite prácticamente cada día. Todos sus adversarios pertenecen al ‘partido conservador’, una formación que no existe en el tablero político actual y que López Obrador usa como contenedor genérico para encasillar las posiciones críticas”, agregan Francesco Mannetto y Jorge Galindo.
“La campaña electoral del 6 de junio se juega en buena medida en ese terreno discursivo. En definitiva, a favor o en contra del mandatario. Enfrente tendría a otra formación que, en su opinión, encarnaría los valores de la llamada Cuarta Transformación: un hipotético partido liberal con valores pretendidamente progresistas”, abundan.