El futuro demanda la participación comprometida de todos
Por: Manuel De la Torre Rivera
La estructura emergente de la sociedad capitalista contemporánea tiene la virtud de ser inmensamente diversificada y también profundamente especializada, pero en contrapartida ha formadoseres individualistas y egoístas con dificultad de acceder a una cultura humanística solidaria universal y sin capacidad paracomunicarse eficientemente con otros para atender las necesidades comunitarias, a pesar de la existencia de las redes sociales y la internet.
La especie humana desde sus orígenes tuvo necesidad de la vida en comunidad para poder sobrevivir y para lograrlo desarrollóun lenguaje para comunicarse mejor con sus compañeros de grupoy se organizó dividiendo las tareas de forma colaborativa y complementaria para la caza de animales y satisfacer las necesidades de la tribu, en una etapa nómada de su desarrollo le permitió avanzar en el conocimiento de los frutos de la naturaleza y dominar el fuego y finalmente, el territorio.
En una etapa posterior, la defensa del territorio permitió avanzar en el cultivo de la tierra que también se realizaba colectivamente y que más tarde conduciría a la domesticación de animales. La guerra en defensa del territorio trajo como una más de sus trágicas consecuencias, la captura de rehenes prisioneros que fueron los primeros esclavos de la humanidad y con ellos empieza la “explotación del hombre por el hombre” que dio lugar ala aparición de las clases sociales, unos como seres explotados y otros privilegiados.
La explotación del hombre por el hombre alcanza su máxima expresión con el actual sistema socioeconómico, el capitalismo, que por tener como objetivo principal el lucro, hace posible que una inmensa masa de trabajadores termine en calidad de modernos esclavos de una clase privilegiada, explotadora; como es el caso de la minería en México que citamos en números anteriores.
La ideología capitalista ha hecho cotidianamente al hombre promedio, individualista, egoísta, carente de solidaridad con sus hermanos de familia, patria, planeta; si bien los sentimientos de solidaridad afloran en momentos críticos en los que todos nos vemos amenazados como ha sido el caso durante los sismos que han golpeado a la capital del país o durante la actual pandemia que a todos amenaza, si bien ante la escasez de vacunas o de oxígeno aparecen casos de gente que busca el beneficio personal.
El capitalismo también ha traído el desarrollo sorprendente de la ciencia, de la medicina y la tecnología, pero aún en estos campos han sido mucho peor las lacras que las acompañan como las guerras y la emigración poblacional que genera, la sobreexplotación y el saqueo de recursos naturales para el consumismo, la extinción de especies y la peor de todas: el desequilibrio en el reparto de la riqueza que ha generado una enorme masa de pobres hambrientos por un puñado de ricos que han puesto en riesgo la sostenibilidad del planeta.
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Es tiempo de revisar críticamente el por qué hemos llegado a esta situación y reconstruir los lazos de amistad y solidaridad con todos los pueblos del mundo para emprender juntos la edificación de un mundo mejor donde prevalezca la defensa de la vida en paz, amor y armonía con la naturaleza.
Salamanca, Gto., 10 de febrero del 2021.