Urge la descolonización territorial, política, ideológica y cultural del mundo.
Oscar Alzaga*
Entre las muchas cosas que Hispanoamérica no ha inventado se encuentran los dictadores; ni siquiera los pintorescos y mucho menos los sanguinarios. Los dictadores son tan antiguos como la historia, pero nosotros, de pronto, asumimos alegremente esa responsabilidad y en Europa, que con dificultades ha vivido sin uno desde que los romanos les dieron nombre, hace algunos años comenzaron a pensar qué divertido, cómo Hispanoamérica puede dar esos tipos tan extraños, olvidando que ellos acababan de tener a Salazar, a Hitler y a Mussolini, y que todavía contaban con Francisco Franco.
Augusto Monterroso. 1973.
El 13 de agosto de 1521 a cañonazos cae Tenochtitlan en brutal batalla; antes, igual caen Cempoala, Tlaxcala y Cholula, luego losdemás pueblos de Mesoamérica. Ya habían caído desde 1492 el Caribe; después de 1521 toda América queda en manos de Europa. Tales derrotas —ante la superioridad militar— también fueron territoriales, políticas, ideológicas y culturales (cuyo peso aún pervive, más el ideológico). En síntesis, las guerras coloniales en 5 siglos evolucionaron, su esencia fue dominar los países más débiles y entre las potencias arrebatarse el poder hegemónico.
El dominio de América favoreció a Europa y su desarrollo mercantil que predominó en el mundo, estimulando la guerra como medio central para coronar su poder comercial, desarrollo y dominio, que llevaría al norte de Europa a la industrialización en lossiglos XVII y XVIII, hasta que ese capitalismo se transforma en imperialismo monopolista a finales del siglo XIX y, sobre todo, en el siglo XX, culminando así las guerras coloniales europeas durante 5 siglos en todos los continentes, con el reparto del mundo, en la Primera y Segunda Guerra Mundial.
La autocrítica y crítica universal deben caracterizar esas guerras coloniales de 5 siglos en todo el mundo y las dos guerras mundiales, como los actos más criminales e irracionales de toda la historia de la humanidad. Debemos dejar de encubrir o de disimular esa historia brutal “que tapa el sol con un dedo”, todos los horrendos crímenes de África, como los 10 millones de asesinados del Congo por Leopoldo II (el papá de Carlota), cuya propiedad del Congo era personal, no de Bélgica, y así otras “hazañas” más, según la versión europea, como el Apartheid y otros casos.
En Asia no fue menos brutal el colonialismo europeo, pero encontraron culturas y civilizaciones tan antiguas como las del Mediterráneo, no así en la África negra y América, que no eran el “nuevo mundo” sino otros mundos existentes y con culturas propias de mucho antes del “descubrimiento”. Ya que España tuvo la descabellada pretensión de que la cuenta de la historia de la Nueva España iniciara a partir de su llegada, borrando y arrasando a su paso militar el pasado indígena, religión, usos y costumbres, culturas y civilizaciones. Solo había un Dios válido, el católico, los demás eran idolatrías, falsas de por sí y sin explicación alguna. Con las armas impusieron la cruz y su religión. No se recuerda que esclavizaron a los indígenas aherrojando y marcando con fuego la frente, como a las bestias, y ya convertidos a su religión debían ser sumisos a sus patrones, curas, a su lenguaje, costumbres y a la corona, propias de conquistadores.
Deliberadamente Europa olvidó la conquista árabe sobre España, de 710 a 1492, de la que aprendieron y repitieron mucho los españoles y europeos en sus conquistas: con una minoría valiente Arabia conquistó a la muy numerosa España; la encontró dividida y los árabes profundizaron su división a favor de ellosganando a la mayoría de los pueblos españoles contra el rey Rodrigo. Con igualdad de armas, los árabes dominan toda España, Portugal y el sur de Francia.
Sin embargo, las diferencias entre una y otra conquista, son fundamentales: Arabía toleró las religiones de España (hasta hoy se ven juntos templos católicos, musulmanes y judíos, como en Toledo), Arabia toleró idiomas, usos y costumbres de España. Más aún, llevó a España y Europa en los años 1000 a 1200 la cultura y escritos griegos, que Roma había destruido, la cultura árabe eramás adelantada que la medieval española; lo que no hicieronEspaña y Europa en América Latina, acá marginaron a los indios y sus culturas y su integración fue el sometimiento.
El racismo español y europeo se blandió como arma ideológica, religiosa y cultural a América, Asia, África y Australia. Bastaba que un hijo de españoles peninsulares naciera en la Nueva España para que fuera criollo, no español. Era degradado en derechos y privilegios; peor era para los mestizos, indígenas y negros. En la Nueva España el mundo del trabajo lo dominaba “el mando y la obediencia”, pues las Leyes de Indias eran una mera simulación, no se cumplían por nadie ni siquiera en España, como lo denunciaron Fray Bartolomé de las Casas y otros. En España aplicaban la vieja institución jurídica medieval “aplíquese, aunque no se cumpla”, que en tierras de las colonias americanas fuemucho peor.
La herencia de 3 siglos fue la destrucción y el despojo, marginación y atraso. Gran Bretaña llevó a Estados Unidos (EU) lo mismo contra los pueblos nativos, pero también el desarrollo industrial, en cambio la corona española dejó su decadencia y atraso en Nuestra América. En la era del imperialismo monopolista se implantó en el Tercer Mundo la dependencia y el subdesarrollo, dos formas de someter a los países atrasados de África, Nuestra América y Asia, a la par que los sometieron con su desarrolladaideología racista, supremacista, eurocentrista y anticomunista.
Gran Bretaña y EU sustituyeron en Hispanoamérica a Españay Portugal desde que Francia dominó a ambos en 1808; másdurante la independencia, cuando peninsulares y criollosoportunistas al frente de los gobiernos independientes imponen aconservadores, a colonizados ideológicos: Iturbide, Santa Anna, Alamán, Miramón y Mejía, después seguidos por Porfirio Díaz, Calles, Alemán y hoy sus herederos neoliberales, todos reproductores de esa mentalidad colonizada en medios, partidos, universidades, etc. Eso explica que la lucha política actual entre democráticos y neoliberales tenga tanto peso ideológico y cultural, como en el siglo XIX fuera la lucha entre liberales y conservadores.
Desde luego nadie desdeña los grandes aportes del mundo europeo, EU y Japón en esos 5 siglos, como tampoco nadie debe olvidar y minimizar el enorme daño que dejaron las guerras coloniales y la primera y segunda guerras mundiales. De la segunda guerra EU, Israel, Wall Street y Hollywood, con propaganda y películas, han hecho a los judíos las principales víctimas de la guerra; cuando la URSS tuvo 32 millones de muertos, China 16.6 millones, Alemania 8.5 millones, Polonia 3.7 millones, judíos de Europa 3.1 millones, Japón 2.4 millones, Yugoslavia 1.6 millones y EU 174 mil muertos, Gran Bretaña 430 mil, Francia 240 mil e Italia 126 mil.
En total, 67 millones de muertos: 47 millones fueron civiles y 20 millones militares. Las principales víctimas fueron los pueblos civiles del mundo, sobre todo de los países agredidos, no de los agresores. Ha sido el peor crimen de los poderosos del mundocontra la humanidad, criminal e irracional como pocos actos políticos, cuya “razón” fue repartirse las naciones débiles del mundo entre los poderosos.
Aparentemente nada tuvieron que ver en esas guerras mundiales los países del tercer mundo de África, Latinoamérica yalgunos asiáticos, salvo como botín de los poderosos para su exclusiva dominación. Pero vale saber que en “tiempos de paz”, los poderosos siguen su lucha de dominación del mundo, por otros medios no bélicos pero no menos efectivos: económicos, ideológicos, culturales, diplomáticos, territoriales, etc. Todos forman parte de la lucha de clases.
Según el epígrafe: Pol Pot de Camboya, Idi Amin de Uganda o Pinochet de Chile, son apenas pálidas sombras o aprendices junto a los dictadores de Europa.
*Abogado del Sindicato Nacional Minero y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT) y miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas(ALAL) y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD).
