Por: Oscar Alzaga*
Hoy como ayer existe una república simulada y un Estado que funciona para garantizar la acumulación de las riquezas en pocas manos, sin ocuparse del bienestar general.
Andrés Manuel López Obrador. NEOPORFIRISMO. Hoy como ayer. 2014
No es casual que arrecie la ofensiva empresarial —nacional y extranjera— contra el proyecto de la reforma eléctrica del gobiernode López Obrador. Están dispuestos a todo para frenarla. Los organismos y cámaras empresariales, extranjeras y de aquí,presionan para que siga privatizada la CFE: a la segunda empresa más importante del país solo la conciben como “negocio”, igual que a Pemex, la primera. Se dicen democráticos, sí, pero al margen del pueblo y las mayorías; se dicen respetuosos de la Constitución ysus leyes reglamentarias, pero bajo su “interpretación”.
Siguen creyendo sus propias mentiras: “el libre mercado y la libre competencia”, en la era y bajo el dominio de los monopolios internacionales e intentan incluir en ese libre mercado el salario, el empleo y los sindicatos con el outsourcing, con la venta de las prestaciones de los contratos colectivos y corrompiendo a los líderes de los sindicatos. Esa es su interpretación de las leyes. Pero acaban de recibir un revés de la Suprema Corte que, por unanimidad de la Primera Sala, resolvió negar los amparos a 5 trasnacionales de transgénicos, apoyando a las mayorías y la salud popular contra los intereses mezquinos de poderosos empresarios.
El ministro Zaldívar festejó el X aniversario de la reforma constitucional en materia de Derechos Humanos de 2011 como un gran avance. Pero ni el gobierno de Calderón ni el de Peña Nieto cumplieron con el nuevo principio constitucional de la no regresividad de las leyes: con la reforma laboral, la educativa y la energética, lo mismo que con las reformas neoliberales a la misma Constitución de 2012 y 2013.
Lo que muestra que las reformas logradas por si mismas no se aplican si no hay una auténtica independencia de poderes y de sus funciones, el neoliberalismo negó esa división de poderes al montarse la oligarquía sobre ellos y los gobiernos para imponer su interpretación y aplicación de la ley, en contra de ella, como fue el caso (uno más) del abogado particular de Grupo México de Germán Larrea, Fernando Gómez Mont, que en 2008 fue nombrado secretario de Gobernación, para resolver las huelgas mineras, en contra de la misma Constitución, como lo ha demostrado la Corte Interamericana de derechos Humanos en el caso de Cananea y con la resolución del recurso de amparo por la Segunda Sala a favor de los mineros, pero hasta 2021. Los Gómez Mont famosos panistas, cuya hija y su marido hoy son prófugos de la justicia.
El neoliberalismo sigue activo como lo están los empresarios y sus aliados. Sin el poder del gobierno y débil en los poderes judicial y legislativo. Pero hoy está decidido a jugarse su carta más importante: frenar la reforma eléctrica, porque sabe que perdería una empresa clave de sus negocios sucios, pero más porque sabe que detrás viene la reforma para recuperar Pemex para la nación y los intereses del pueblo. Más aún, detrás de todo, está que avanceo retroceda la democracia. “Considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económica, social y cultural del pueblo.” (Art. 3º Constitucional.)
En la reforma eléctrica se medirán las fuerzas democráticas vs. neoliberales, en los 3 años siguientes, todos saben que está en juego Pemex y la elección de 2024. Así, el fanático de derecha X. González se alista a comprar el partido Movimiento Ciudadano y así contar con 4 partidos (más el PAN, PRI y PRD) para votar en contra de la reforma constitucional eléctrica en las cámaras legislativas, donde AMLO requiere dos tercios de la votación para aprobarla, por ser reforma Constitucional.
Con X se acoplan Coparmex, las cámaras mineras y otras, pero no olvidemos que los poderosos empresarios, los oligarcas no dan la cara al público, siendo quienes mueven los hilos del poder:en los partidos, medios de comunicación, sindicatos, cámaras patronales y de importantes políticos de Morena que ambicionan el poder y sus intereses personales y de grupo, más que los de su partido y gobierno, como Ricardo Monreal, que se desvive por su candidatura presidencial, lo demás no le importa, sobre todo los intereses y problemas del pueblo.
En el sexenio han logrado varios cambios y avances, pero losimportantes aun están pendientes: CFE, Pemex, FFCC, la banca dueña de afores y pensiones, la Ley Minera y la Ley de Inversiones Extranjeras, el salario nacional, el empleo, la libertad sindical, el cambio del outsourcing va a medias, los contratos de protección patronal no se han tocado, la OEA y la unidad latinoamericana, la dependencia estructural y el subdesarrollo. Todo lo que tiene que ver con la real democracia.
No se menosprecian los avances, como liquidar las prácticas antidemocráticas del “tapado y el dedazo”, que anticipaban el resultado de las elecciones y manipulaba la participación del pueblo. Tampoco el combate a la corrupción, aunque no en todos los ámbitos: las Juntas Federal y Estatales de Conciliación y Arbitraje se mantienen sin cambio alguno y con la corrupción del pasado. El dialogo abierto por la presidencia y gobierno con los medios y la opinión pública, antes de plano inexistentes o eranactos simulados de democracia. Entre otros aspectos.
Sin dejar de lado tantos frentes de lucha enunciados y más que deberán venir, hoy la lucha más importante que reclama nuestra participación decidida y organizada es la reforma eléctrica, de suyo es trascendental, pero también porque es la llave del futuro inmediato de México, del pueblo y su capacidad de actuar por el cambio.
*Abogado del Sindicato Minero y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), y miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas(ALAL), y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD).
