México, uno de los países con las tasas de mortalidad en exceso más altas del mundo. De acuerdo con el Wall Street Journal esta posición se la debe al “conteo defectuoso del gobierno” durante la pandemia de coronavirus.
Un análisis del medio reveló se habrían registrado más de 265,000 muertes por encima de lo esperado para el 2020 en México. En comparación con los últimos reportes de defunciones por COVID-19, estas cifras superarían en 150,000 las muertes por la enfermedad de la pandemia.
Estas cifras podrían deberse, no solo al virus en sí, también a aquellos casos en los que los pacientes tuvieron que postergar los tratamientos de enfermedades crónicas. El ex secretario de Salud, Salomón Chertorivski, estimó que el exceso de mortalidad terminaría en 300,000 para el 2020.
Por otro lado, calificó la situación actual del país como “la peor catástrofe que ha experimentado México en un siglo, desde la Revolución Mexicana y la pandemia de gripe española”.
Para ejemplificar el problema del registro de muertes en México, el medio estadounidense utilizó el caso de la familia Cristóbal de Coyotepec, en la que 29 de los 34 miembros resultaron enfermos. Dos de ellos fallecieron, pero el gobierno mexicano no contó su deceso como parte de las cifras oficiales porque sus actas de defunción reportan “covid probable”.
En comparación el número de muertes adicionales que hubo en México fue de 267,734 hasta mediados de diciembre. Por otro lado, el número oficial de muertes por COVID-19 en México es de 137,916, pero varios expertos estiman que este número sea superior a las 300,000 muertes.
En un principio, el gobierno se negaba de forma rotunda a clasificar como muertes por el virus a aquellos que no contaran con una prueba oficial. Sin embargo, con el panorama que se presentaba en el país para el mes de octubre, se tomó la decisión de flexibilizar los criterios, siempre y cuando el caso fuera revisado por un comité médico aprobado.
El medio estadounidense también recalcó que otro factor que influye en el subregistro de muertes es las limitadas pruebas que se realizan en el país para detectar la enfermedad. En total se aplican entre 15 y 20 pruebas con cada 100,00 habitantes, lo que significa que es la tasa más baja del hemisferio occidental, según Our World in Data.
En México, los pacientes deben cumplir con una serie de características para ser considerados como pacientes de COVID-19 y el gobierno evalúa a quienes se presentan en los hospitales públicos designados para la pandemia.
Además, WSJ destacó que contantemente los nosocomios mexicanos se quedan sin pruebas, mientras que otras 145,000 de ellas se pierden. Por otro lado, existen miles de pruebas realizadas en laboratorios privados que tampoco son consideradas en el registro oficial.
Información de: INFOBAE MÉXICO