Guanajuato es uno de los estados del país con más sobre explotación de los mantos acuíferos, hay zonas como San Luis de la Paz y la Cuenca de Laguna Seca de San José Iturbide en las que ya no es costeable trabajar los cultivos y donde además el agua ya no es apta para consumo humano…
Por: Manuel De la Torre Rivera
El título de este artículo es del encabezado del periódico El Sol de Salamanca del 31 de diciembre pasado, del cual reproducimos los dos párrafos siguientes:
«Guanajuato es uno de los estados del país con más sobre explotación de los mantos acuíferos, hay zonas como San Luis de la Paz y la Cuenca de Laguna Seca de San José Iturbide en las que ya no es costeable trabajar los cultivos y donde además el agua ya no es apta para consumo humano al contener metales pesados, un sector la población de esa zona ya presenta problemas renales y cáncer, así lo dijo Francisco Martín Escobar Osornio, dirigente de la Unión Campesina (UCD) de Guanajuato.
«Explicó que la sobre explotación de los mantos acuíferos es generalizada en todo el estado, sin embargo, dijo que la mayor afectación está en la región de San Luis de la Paz donde incluso productores de diversos tipos de chile dejaron abandonadas sus parcelas ante lo incosteable que resulta extraer agua a más de 400 metros de profundidad.»
Tomando como base la nota periodística anterior, queremos hacer algunas precisiones: Guanajuato es uno de los cinco estados que comprende la Cuenca Lerma-Chapala, la segunda en importancia del país, que comprende a cinco estados que son además del nuestro, los estados de México, Querétaro, Michoacán y Jalisco; por tanto la responsabilidad de su cuidado recae en los tres niveles de gobierno y de ahí se deriva el problema de gobernanza, porque obliga al acuerdo de las partes por definición de gobernanza: Forma de gobierno basada en la interrelación equilibrada del Estado, la sociedad civil y el mercado para lograr un desarrollo económico, social e institucional estable.
Cuenca Lerma – Chapala
Para empezar, la distribución del recurso (el agua) está desequilibrada dado que el sector productivo agrícola, se lleva por mucho el consumo mayoritario (80% del agua consumida principalmente para agro productos de exportación), dejando el restante 20% para el consumo industrial y social, por tanto, el agua beneficia principalmente a un sector minoritario de la población, pero además el agua consumida es de las reservas estratégicas de agua dulce, el agua subterránea, que es un recurso natural escaso, es decir: sumamente limitado y representa lo opción más cercana para el consumo humano.
Sin pretender restarle importancia al grave problema que se vive en San Luis de la Paz, debemos decir que la extensión del problema de la cuenca es ya alarmante por la contaminación generalizada de sus recursos superficiales, aparejados con una muy baja eficiencia de recuperación en las plantas de tratamiento de aguas residuales, sumado al déficit en su infraestructura, todo ello derivado, sin temor de exageración, a la corrupción imperante en el largo periodo neoliberal, con manifestaciones evidentes en las grandes metrópolis como Ciudad de México, Guadalajara y León y potencial para hacer crisis en corto plazo en ciudades medias como Irapuato, Celaya y Salamanca.
Si prácticamente la totalidad de los acuíferos de Guanajuato están sobre explotados, es decir se ha gastado el agua que es fundamental para sostener la vida de los actuales guanajuatenses y obviamente se ha dejado sin este recurso fundamental a las futuras generaciones, es porque los gobernantes de los tres niveles no han cumplido con su función de previsión, pero también que los ciudadanos hemos sido omisos para demandar nuestros derechos.